Silvia Orriols hablando en un micrófono, lleva un collar y pendientes largos, y viste una chaqueta azul.
POLÍTICA

El previsible resultado del cordón sanitario: Orriols va con todo en el Parlament

Orriols no tiene nada que perder y por eso endurece su discurso: el Parlament ha caído en su propia trampa

La situación de Aliança Catalana en el Parlament es inédita y muy reveladora. Se trata de un grupo parlamentario objetivamente minoritario (dos diputadas), pero con una ascendencia mediática e ideológica enorme. Además, a un discurso muy disruptivo se le une un cordón sanitario que lo único que hace es añadir morbo al perfil político de Orriols. Para comprobarlo, basta con repasar las reacciones periodísticas y en redes sociales al debate de ayer.

A duras penas los ciudadanos serían capaces de identificar a Josep Maria Jové, que habló en nombre de ERC, o a David Cid, que habló en nombre de los Comuns. Y en el caso de partidos como Junts (Batet) o PSC (Illa y Pedret) no ha trascendido mucho más que trifulcas de baja intensidad y ambiciosas promesas, como la inversión de 4.400 millones en vivienda pública que ha prometido el president. Hay que tener presente que la cuenta oficial de ERC en X llegó incluso a bloquear los comentarios al discurso de Jové.

Una mujer con cabello corto y oscuro, usando una chaqueta azul con estampado floral y pendientes azules, está de pie en lo que parece ser una sala de reuniones o un parlamento, con varias personas desenfocadas en el fondo.

Con Orriols, en cambio, la situación es diferente y, sobre todo, desproporcionada a su influencia parlamentaria. Esta paradoja es solo aparente: se trata de un efecto subsidiario del cordón sanitario. Y es que, para que los partidos y sus medios afines puedan confrontar con Orriols, tienen que hablar de Orriols.

Por el camino, Aliança Catalana no sufre descrédito, sino al contrario: gana crédito.  De aquí que la propia Orriols endurezca cada vez más su discurso y ayer, por ejemplo, elevara el tono contra el islam o el sistema de financiación de Cataluña. En este sentido, la jornada de ayer tuvo dos detalles, en apariencia secundarios, que son muy reveladores.

El primero es que el presidente Rull, con una manifiesta cara de circunstancia, hacía esfuerzos para no interrumpir el discurso de Orriols, que era deliberadamente provocativo hacia la presidencia de la Mesa. Y si Rull se ha contenido es porque, hace unas semanas, fue muy criticado por interrumpir a Orriols. El segundo es que los asesores del PSC le habían preparado al presidente Illa una fotocopia con tuits y declaraciones de Orriols y de Aliança Catalana, algo que no hizo con ningún otro partido, tampoco con Vox.

El presidente del Parlament, Josep Rull, sentado en una silla roja con fondo de banderas.

Salvador Illa sostiene un documento en una sala de reuniones.

Sin la oposición de Junts y con las advertencias de Alejandro Fernández

Y paralelo a todo esto, Orriols no se encuentra con la competencia de Junts, que ha decidido avecindarse en los pantanos de Waterloo y en la trampa del PSOE con la ley de amnistía.

No por casualidad los juntaires se han puesto muy firmes en los últimos meses con la inmigración, la delincuencia (la propuesta contra la multirreincidencia en el Congreso viene de ellos) o el marcaje a Pedro Sánchez. Hoy mismo es noticia que Puigdemont vuelve a amagar con tumbar a Pedro Sánchez, algo que ya hizo hace meses desde Bruselas, agitando una moción de censura.

Alejandro Fernández hablando en un podio con micrófonos en el Parlament de Catalunya

El único político catalán que ha visto con claridad esta situación con Orriols ha sido Alejandro Fernández (PPC), que ha insistido en que el nivel parlamentario de Orriols es alto y en que el cordón sanitario no es útil para desactivar a Orriols. “Lo cobarde es esconderse tras el cordón sanitario y ponerle un bozal para evitar que se exprese”, dijo ayer el líder popular en redes sociales. “Y en lo que discrepo combatiré sus ideas en el atril, que es lo que hacemos los demócratas: sin cordones sanitarios. A la cara”.

Lo que el Parlament no parece haber advertido es que en Aliança Catalana dan por descontado el cordón sanitario. Es decir, que maniobran ajustando su discurso a esta situación. De aquí que las imágenes de Orriols denunciando la línea editorial de TV3 o de otros medios de comunicación catalanes sean constantes.

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