Salvador Illa se reafirma en su proyecto: explotar el vacío político del procesismo

“Un Govern apegado a la realidad” y enfocado a la “Cataluña real”, así ha empezado Salvador Illa su discurso en el debate de política general. Además de poner en marcha su intervención, estas palabras son una crítica velada al expresidente Puigdemont, que esta semana acusó a Illa de precisamente no conocer la “Cataluña real”.

Gran parte del discurso del president ha estado marcado por la necesidad, ha dicho, de asumir la “realidad”. En este sentido, ha sido un discurso con un aroma crítico a la inoperancia procesista de los últimos años. “Garantizaremos estabilidad, certeza y previsibilidad”, ha señalado Illa, que también ha descartado cualquier posibilidad de “confrontación” entre instituciones.

El presidente de la Generalitat, en definitiva, ha dado por descontado que “se abre una nueva etapa” en Cataluña.

El problema de la vivienda: 4.400 millones de inversión hasta 2030

Illa ha situado la vivienda como “prioridad” de la legislatura. “La actual situación es insostenible, sobre todo para los jóvenes”, ha dicho. “No valen excusas”, ha insistido, después de hacer una llamada general a todos los sectores sociales. Sobre las posibles soluciones, Illa ha traído algunas novedades destacadas.

Entre ellas, un  programa de vivienda pública de 50.000 viviendas hasta 2030. Esto movilizará una inversión total de 4.400 millones de euros, que es la mayor inversión en vivienda de todas las comunidades autónomas de España. Así mismo, ha anunciado una ampliación de suelo para vivienda pública, más colaboración con las promotoras y agilización de los trámites, que ha prometido que se reducirán en un 50%.

Vinculado a esto, Illa también ha tenido algunas palabras para el asunto económico. Este es un Govern “a favor de la prosperidad”, ha dicho, antes de invitar a que las empresas “vengan” a Cataluña. Se trata de otra crítica a la ocurrencia de Junts de hace unos meses, que pidió multar a las empresas que huyeron en 2017. 

Y es que, más allá del énfasis en las políticas “socialdemócratas” y en el “reparto de la riqueza”, está claro que el PSC ha asumido las peticiones de los sectores económicos de Cataluña. El objetivo de fondo es que “Cataluña vuelva a liderar la economía de España”.

Y aunque haya sido de pasada, Illa ha planteado varias críticas a Isabel Díaz Ayuso. Sin referirse a ella, Illa ha cargado contra las rebajas fiscales de Madrid, que remarcan el agravio comparativo con Cataluña, un "infierno fiscal" para las patronales. 

En este punto, Illa ha hecho de altavoz de Pedro Sánchez, que ya dijo que la federalización fiscal de España solo es posible con “corresponsabilidad fiscal” entre comunidades. Es decir, que nadie espere rebajas de impuestos por parte del Govern del PSC.

Seguridad, infraestructuras y el melón de la financiación.

“Con la seguridad ciudadana no se juega”, se ha reafirmado Illa, que ha insistido en que la política de seguridad es “progresista”. Ha tenido incluso palabras directas contra la okupación, que “disuelve los barrios”, ha dicho. “Sin seguridad no hay democracia”, ha concluido. Como ya se explicó en E-Notícies, el PSC ha tomado buena nota del interés electoral de este problema y ha endurecido el discurso.

Sobre las infraestructuras, ha recordado que “seguimos en sequía” y que Cataluña ha “perdido mucho tiempo” en materia energética. También ha señalado que durante el primer trimestre de 2025 tendrán el informe técnico sobre la ampliación del aeropuerto del Prat. Pero a tenor de sus palabras presentes y pasadas es claro que Illa está a favor del la ampliación del aeropuerto.

Finalmente, Illa ha abierto el enorme melón del sistema de financiación para Cataluña, que en teoría, según el PSOE, se extenderá al resto de España. “Habrá un nuevo sistema de financiación.”, ha dicho. También ha asegurado que se cumplirá el acuerdo pactado con ERC. Según ha remarcado, el concierto económico “no va contra nadie” y está en el “ADN” progresista.

Asistimos, pues, a un programa de máximos con orientación socialdemócrata. Al margen de sus habituales reivindicaciones del "trabajo", la "discreción" y el "diálogo", Illa ha pedido varias veces el apoyo de la cámara. Parece difícil: la oposición está más fragmentada que nunca y la tensión social con algunos problemas (seguridad, inmigración y vivienda) por ahora se acumula.