Plano medio de Josep Sánchez Llibre hablando desde un atril de Foment de Treball levantando los dos dedos índices
POLÍTICA

Presión de la patronal catalana para acabar con el ‘infierno’ fiscal de Cataluña

Foment da por amortizado el debate de la independencia y ahora toca hablar de impuestos y del modelo de financiación

En más de una ocasión, la patronal catalana ha criticado el tándem de inseguridad jurídica y alta fiscalidad que hay en Cataluña. En este sentido, sus reproches más recientes han sido para Junts, que insiste en la idea de multar a las empresas huidas.

En materia de impuestos, Foment califica de “infierno” la fiscalidad catalana, que es la que tiene más gravámenes propios de toda España. La semana pasada, presentaron ochenta propuestas para intentar reconducir la situación y, sobre todo, adelantarse al escenario que ya dan por descontado.

Este no es otro que la traslación del protagonismo político desde la independencia hasta el debate sobre un nuevo modelo fiscal para Cataluña. O sea, la mutación política del procés, que parece que estará en manos del PSC. La intención de fondo de Foment es la que, con mucha fe, siempre ha defendido Sánchez Llibre. Es decir, que Cataluña vuelva a ser el motor económico de España. Algo que pasa por la creación de un clima impositivo más laxo para, en resumen, competir con Madrid.

Fotografía de Isabel Díaz Ayuso de perfil, en un acto con las banderas de Madrid y España de fondo

Las propuestas de Foment

Foment apunta a que la alta fiscalidad catalana es una barrera para la inversión, es decir, para evitar que la gente se vaya de Cataluña. Al margen, claro, del aumento de la inseguridad jurídica y de la complejidad burocrática. De hecho, uno de los puntos que debatieron los candidatos el pasado lunes fue la complejidad burocrática de la administración catalana.

Sobre esto, Foment señala que “la competitividad del sistema fiscal de Cataluña es extremadamente reducida”. Proponen reducir la presión fiscal sobre la vivienda y reducir del 10% al 7% las transmisiones patrimoniales. Así mismo, piden rebajar el polémico impuesto de sucesiones a como máximo un 5% entre parientes cercanos. Con respecto al IRPF, plantean reducir tanto el tipo mínimo como el máximo.

Además del impacto sobre el tejido empresarial, la alta fiscalidad dificulta la capacidad de ahorro. Máxime en lo que parece que va a ser un escenario de inflación continuada. Además, la limitación en la capacidad para capitalizarse - o sea, para ahorrar - afecta sobre todo a los más jóvenes.

Según FEDEA, los hógares jóvenes destinan a pagar impuestos el doble de lo que destinan los hogares más mayores. El motivo es simple y es que estos últimos no pagan las cotizaciones sociales de un sistema de pensiones totalmente tensionado. Esto significa que las rebajas fiscales que pueda pedir Foment o cualquier otro grupo parecen difíciles de llevarse a la práctica si no es con alguna especie de recorte en el gasto.

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