Dinero para todos: la solución de Sánchez para contentar a Cataluña y al resto de CCAA
El presidente del Gobierno dice que garantizará la ‘descentralización’ y al mismo tiempo la ‘solidaridad’
“Hay Gobierno para largo. Tenemos casi tres años”, este ha sido el aviso a navegantes que ha enviado el presidente Sánchez desde el Instituto Cervantes, con casi todo el consejo de ministros escuchándole. Es decir, que pretende hacer todo lo necesario para garantizar su mayoría de investidura y permanecer en Moncloa.
Y si es un problema de dinero, pues dinero. Esta es, en esencia, la salida que ha encontrado Sánchez a las muchas críticas que ha recibido el nuevo sistema de financiación para Cataluña.
Nadie sin su ‘singularidad’
La duda que todos tenían era si Sánchez iba a ir a fondo con la descentralización fiscal del Estado. Porque si algo estaba claro desde el principio era que la concesión de privilegios fiscales a Cataluña rompería la estabilidad presupuestaria entre territorios. La prueba está en que incluso algunos barones socialistas se pusieron en contra del pacto fiscal para Cataluña. La única salida era el famoso ‘café para todos’.
Y según lo que ha explicado el propio Sánchez, la cafetera está en marcha y el ‘café para todos’ ya se está preparando, aunque todavía no sepamos cómo.
De entrada, se reformará la Ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas (LOFCA), que, según Sánchez, proporcionará “más recursos” a todas las autonomías. No solo eso. La reforma proporcionará a las comunidades “más de lo que recibían” cuando estaba el PP. Es decir, un disparo a los barones populares.
Por otra parte, nada menos que se duplicará el Fondo de Compensación Interterritorial, que es la herramienta que tiene el Estado para garantizar la también famosa “solidaridad”. Este es el segundo disparo, pero dirigido a los barones socialistas, que no iban a comprar de ninguna manera que las regiones más pobres financiaran a las más ricas.
¿Y cómo se paga?
A partir de aquí, la duda está en cómo se va a pagar esta medida, que de llevarse a cabo sería uno de los cambios más profundos en la arquitectura económico-territorial de España. Consiste en combinar al mismo tiempo el compromiso cerrado con la solidaridad entre territorios y la descentralización.
Por el momento, parece que consistirá en subidas de impuestos, empezando por una mayor “corresponsabilidad fiscal”. Es decir, que las comunidades autónomas no podrán bajar impuestos y hacer competencia fiscal entre sí, el conocido como “dumping fiscal”. Tercer mensaje, pues, en este caso, a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Según Sánchez, este dumping fiscal lleva a que las comunidades gobernadas por el PP hagan “regalos fiscales” a los más ricos. En este sentido, ha habido un pequeño hueco para la retórica, con el presidente del Gobierno diciendo que “más autobuses y menos lamborghinis”:
Como pasó con la amnistía, la famosa carta a la ciudadanía y otros tantos episodios recientes de la política española, el presidente del Gobierno vuelve a huir hacia adelante y, de paso, marca el compás del debate político.
La clave de esta estrategia está en plantear más interrogantes que aclaraciones. Mientras tanto, los socios de investidura le dan crédito.
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