Salvador Illa señalando con el dedo índice durante una conferencia.
POLÍTICA

El otro reto de Salvador Illa: devolver la confianza económica a Cataluña

El nuevo inquilino de la Generalitat se ha ganado el apoyo del empresariado catalán

“Cataluña se ha extraviado durante 12 años, y ha llegado el momento de recuperar el liderazgo perdido, la relevancia y el prestigio. Puede hacerlo, porque Cataluña tiene un potencial enorme, y Salvador Illa es la figura necesaria para ello”. 

Así se ha expresado este jueves el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, en el foro de debate BCN Desperta. Sus declaraciones no son aisladas ni casuales. Tras la década del procés, durante la cual Cataluña ha perdido su posición en el mundo, el empresariado español y catalán ha depositado todas sus esperanzas en Salvador Illa para recuperar el tiempo perdido.

Mujer con chaqueta blanca sonriendo frente a una bandera con franjas rojas y amarillas.

El propio Salvador Illa ha tratado de ganarse el favor del empresariado catalán en estos primeros compases de su gobierno. La seguridad y la estabilidad política han sido los grandes retos del nuevo gobierno catalán. La seguridad por la alarma social que hay en la calle debido al aumento de la delincuencia, y la estabilidad política por la necesidad de amarrar el apoyo de ERC con la financiación singular. 

Pero además, Illa ha fijado como otro reto importante la recuperación de la confianza económica en Cataluña. 

Ya durante su etapa como jefe de la oposición, Salvador Illa dedicó muchos esfuerzos a ganarse la confianza del sector privado con un mensaje muy claro. Tras una década de desvaríos, era el momento de ofrecer estabilidad para crear un clima de confianza para el desarrollo económico y las inversiones. Esto acercó a las patronales al PSC, que ahora en el gobierno cuenta con un importante apoyo del mundo de la empresa.

Guiños al mundo empresarial

La financiación singular, en la que Salvador Illa está poniendo ahora todo su empeño, es la principal esperanza de los empresarios catalanes para remontar el vuelo. Creen que puede ser un punto de inflexión para reactivar la economía catalana y, sobre todo, acabar con los problemas de los que adolece el sector privado en Cataluña. En este sentido, los líderes de las grandes patronales catalanas han mostrado toda su afinidad con la oportunidad que ha traído el nuevo gobierno fruto del pacto entre ERC y el PSC.

Pero Illa ha hecho además otros guiños a los empresarios, como priorizar la ampliación del aeropuerto Barcelona-El Prat. Esto es importante porque, más allá de lo que pueda representar el proyecto para la dinamización de la economía catalana, es también un punto de inflexión para los macroproyectos en Cataluña. Sobre todo porque en los últimos años se había impuesto el ‘no a todo’ que impedía desplegar los proyectos que atraen riqueza al territorio.

También ha sido muy bien visto el nombramiento de altos cargos para gestionar el agua vinculados a la empresa Agbar. Así como la protección de la escuela concertada, prometiendo incluso aumentar la financiación para estos centros en contra de lo acordado en el pacto de investidura con los Comuns. El PSC trata así de asegurarse el favor del sector privado sin poner en riesgo los acuerdos con ERC y los Comuns.

Los empresarios se hacen del PSC

El mundo de la empresa en Cataluña estuvo siempre muy bien conectado con el pujolismo, en la medida que CiU ofrecía a Cataluña orden y estabilidad. El inicio del Procés dejó huérfanos a aquellos empresarios, muchos de los cuales sufrieron las consecuencias de la anarquía y la inseguridad jurídica. Uno de los problemas de Junts y Carles Puigdemont ha sido precisamente la pérdida del apoyo de importantes sectores económicos.

Salvador Illa soplando un beso en un evento público.

No es extraño que durante las negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, empresarios catalanes llamaran a la puerta de Junts para pedir un acuerdo. Lo que reclamaban era un pacto que ofreciera estabilidad a Cataluña, ante el temor a la apertura de un nuevo. En el escenario catalán, el empresariado se ha ido convenciendo cada vez más de que la opción de orden y estabilidad que un día representó CiU ahora lo encarna el PSC.

En esto tiene que ver también el nombramiento de excargos de CiU para el Departamento de Empresa y Trabajo que dirige el exconvergente Miquel Sàmper. Forma parte del plan del PSC para convertirse en el nuevo partido hegemónico de Cataluña, en el que quepan todas las sensibilidades del catalanismo moderado. Eso implica reconstruir un gran espacio de centro que devuelva la estabilidad y la confianza para el crecimiento económico.

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