Las 4 lecciones que deja la agresión a un bebé en Barcelona
La realidad está pasando por encima del relato sostenido hasta ahora por la izquierda y sus altavoces
La actualidad política de la semana en Cataluña viene marcada un día más por la crisis de inseguridad. La brutal agresión de un extranjero a un bebé de un año en un parque de Montjuïc, en Barcelona, ha desatado una indignación entre la ciudadanía. Después se supo que el agresor es un ecuatoriano multirreincidente que este año había pasado varias veces por la cárcel pero, como suele suceder, estaba en libertad.
Los políticos y los medios de la izquierda han intentado silenciar el caso, o poner el foco en los mensajes de odio de la extrema derecha. Se escandalizaron porque Dani Esteve de Desokupa amenazó al agresor con ir a buscarlo al juzgado. Como siempre, la izquierda más preocupada por la seguridad del infractor que por las víctimas, incluso cuando son menores y por lo tanto seres vulnerables.
La agresión de Montjuïc, que para los medios es un caso “aislado”, permite extraer varias lecciones del momento actual en Cataluña. En particular por lo que tiene que ver con el debate en torno a la inseguridad y la forma de afrontarla.
La multirreincidencia, un problema real
La primera lección es que la multirreincidencia es un problema real que está detrás del incremento de la inseguridad en Cataluña. Esto se ve muy claramente en grandes ciudades como Terrassa, Manresa, Lleida, Tarragona, Calella o la misma Barcelona. Las estadísticas policiales confirman que un porcentaje muy elevado (un 80% en Barcelona) de los delitos son perpetrados por un grupo reducido de delincuentes, muchos de ellos extranjeros.
Cuando un grupo de alcaldes del Maresme pidió la expulsión de extranjeros multirreincidentes fueron acusados de racistas, pero reconocer un problema es el primer paso para solucionarlo. Por eso ya están tomando las primeras medidas en el Congreso de los Diputados y en la Consejería de Interior en Cataluña para atajar el problema.
Algo falla en el sistema penitenciario
El problema de la multirreincidencia va más allá de la labor policial, porque aunque la policía haga su trabajo y detenga a los delincuentes, la lentitud de la justicia hace que vuelvan a salir a la calle. Por esola Consejería de Justicia en Cataluña está abordando medidas que permitan acelerar los juicios rápidos a este tipo de delincuentes. También para que los jueces apliquen de forma más estricta la ley, ya que a veces ha sido la presión social la que ha mandado a los delincuentes a la cárcel.
En el caso del agresor de Montjuïc está claro que también ha fallado algo en Prisiones, ya que en pocos meses había pasado cuatro veces por la cárcel. Hay que revisar los protocolos y si ha fallado algo para que este peligro público estuviera en la calle. Esto implica también cambiar el paradigma del antiguo departamento de justicia liderado por Gemma Ubasart con una línea radicalmente garantista.
La izquierda no acepta la realidad
La izquierda en Cataluña lleva años sosteniendo que la inseguridad son en realidad meras percepciones alimentadas por la extrema derecha. Los robos, los apuñalamientos, las peleas y las agresiones se han disparado este último año. Y esto ha desmontado el relato de la izquierda, que sin embargo se niega a aceptar la realidad.
Incluso ante un caso tan flagrante como este,estos días hemos escuchado en los medios que no hay una crisis de seguridad en Cataluña y que no hay que fomentar la alarma social. Esto impide un debate serio que permita abordar medidas para mejorar la seguridad ciudadana. Es un ejemplo de cómo la izquierda actúa de espaldas a la realidad y una explicación de por qué cada vez menos gente vota a estos partidos.
La sociedad reacciona
Cuando los gobernantes no hacen su trabajo y los políticos y los medios abandonan a los ciudadanos, la sociedad acaba reaccionando en defensa propia. Horas después de conocerse este suceso,la plataforma de colaboración ciudadana Helpers amenazó con organizar patrullas ciudadanas para garantizar la seguridad "especialmente de los más vulnerables". Es la consecuencia lógica del abandono de las instituciones en su deber de garantizar la seguridad ciudadana.
Ahora se abre el debate sobre si está bien tomarse la justicia por su mano o es comprensible que los ciudadanos se defiendan cuando no hay nadie que lo haga. Otra de las lecciones de este caso, pues, es que si las autoridades no hacen su trabajo los ciudadanos acabarán reaccionando incluso al margen de la ley con independencia de si está bien o no. Por lo tanto, hay una urgencia en afrontar la realidad como es y poner medidas para solucionar los problemas.
Más noticias: