Un hombre sentado en el suelo con las manos sujetadas por policías, con un texto borroso superpuesto en la imagen.
POLÍTICA

La agresión a un bebé en BCN despierta a la ciudadanía: 'Es el momento de organizarse'

Una cuenta de X pide garantizar la seguridad 'especialmente de los más vulnerables'

Incendio en las redes tras laagresión de un ecuatoriano multirreincidente a un bebé de un año en un parque de Montjuïc, en Barcelona. Mientras los medios públicos y subvencionados silenciaban el caso o ponían el foco en los discursos de odio de la extrema derecha, las redes alzaban la voz contra la creciente inseguridad en Cataluña. La cosa ha ido a más, hasta el punto de que ya están pidiendo organizarse para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Un grupo de personas camina por un sendero rodeado de vegetación, una de ellas lleva a un bebé en brazos.

Una medida polémica porque supone desafiar el monopolio de la violencia que en una democracia descansa en el Estado. Pero que es el resultado también del hartazgo de los ciudadanos ante la dejación de funciones de las autoridades desde hace tiempo en Cataluña.

La iniciativa surge de Helpers @BCNHelpers, una plataforma colaborativa de seguridad ciudadana organizada de forma anónima a través de las redes sociales. En su cuenta de X @BCNHelpers, han lanzado un mensaje este martes tras el revuelo ocasionado por la agresión a un bebé en Montjuïc: "Ha llegado el momento de organizarse fuera de las redes para garantizar la seguridad ciudadana, especialmente de los más vulnerables".

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Además, aseguran que tienen "la capacidad, el apoyo social y el conocimiento para hacerlo", y piden ayuda para llevarlo a cabo. Los comentarios no se han hecho esperar, reflejando el estado de indignación generalizado que se está viviendo estos días en Cataluña.

Ciudadanos apoyan la iniciativa

Medios de comunicación como Rac1 se han escandalizado de las iniciativas que proponen la autoorganización de los ciudadanos para defenderse de la inseguridad.Alertan de las consecuencias de los mensajes de odio difundidos por la extrema derecha para, a través de casos "aislados" como este, aumentar la percepción de inseguridad. Leyendo los comentarios en las redes queda claro que los medios van por un lado, y la ciudadanía por otro.

En cuestión de minutos la publicación de Helpers recibió decenas de comentarios de ciudadanos dispuestos a echar una mano para organizar la autodefensa. Mensajes como "vosotros proponed, las ganas están", "contad conmigo" o "cómo se puede ayudar". Aunque también hay quien desconfía preguntándose "quién está detrás" de esta iniciativa y "con qué intereses".

Otros han celebrado el regreso de Helpers, con un mensaje a las instituciones: "O se hace una comparecencia pública para explicar cuál es la situación administrativa del delincuente que ha agredido a un bebé en Montjuïc y se inicia su proceso de expulsión, o empezarán a salir patrullas ciudadanas a la calle".

Todo esto es el caldo de cultivo de las políticas permisivas de la izquierda hacia la delincuencia, bendecidas por los medios de comunicación y sus tertulianos. La gente está harta de aguantar la inseguridad en sus barrios y por eso deciden autoorganizarse, con el riesgo que conlleva. 

El eterno debate de las patrullas ciudadanas

El fenómeno de las patrullas ciudadanas no es nuevo, y de hecho en Barcelona hace años que operan estos grupos por ejemplo en el metro contra los carteristas. En otras ciudades, como Terrassa, han ido surgiendo también iniciativas de este tipo que han sido condenadas por los gobiernos municipales de turno. Esto ha abierto un debate sobre el monopolio de la violencia que corresponde al Estado y el derecho legítimo de los ciudadanos a defenderse cuando se sienten desamparados.

La indignación en torno a la agresión de Montjuïc se explica no solo por el hecho de que la víctima fuera un bebé, sino también porque llueve sobre mojado. Hace tiempo que sectores de la sociedad piden más mano dura contra la delincuencia y la deportación de los extranjeros multirreincidentes. Unas medidas que siempre son estigmatizadas por la izquierda y sus medios afines como racismo y ultraderecha.

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