Skyline de Barcelona
POLÍTICA

Barcelona: radiografía de una ciudad desencantada

La capital catalana se enfrenta a cambios de calado que, por el momento, no parecen gestionarse con efectividad

Un fantasma recorre Barcelona y todos aseguran haberlo visto. Unos dicen que tiene forma de masificación turística, otros de inseguridad y algunos de un mercado inmobiliario imposible. Cada cual se aferra a su percepción, aunque hay algo que todos parecen compartir: que Barcelona es una ciudad cada vez menos apta para vivir.

Ciertamente, hay varios factores que coadyuvan entre sí para hacer de Barcelona una ciudad poco amigable. Ofrecemos ahora una mínima radiografía de esta situación. Destacaremos cuatro factores: aumento de la inseguridad, mercado inmobiliario, presión demográfica y presión turística.

Inseguridad

El último barómetro del Ayuntamiento de Barcelona mostró que la inseguridad es la principal preocupación de los barceloneses. Concretamente, del 27,7% de la población. Entre los problemas en materia de seguridad hay que destacar dos: la multirreincidencia y los delitos sexuales.

Según los últimos datos de la Junta Local de Seguridad, en Barcelona hay 526 personas que acumulan 6.169 delitos, siendo la mayoría de ellos robos y hurtos violentos. Así mismo, los cinco delincuentes más activos en 2023 acumulaban 228 delitos. Como señala el presidente de la asociación ‘Una policía para el siglo XXI’, Samuel Vázquez, la multirreincidencia y la tolerancia con el delito de baja intensidad crean “zonas de confort criminal” que ponen las bases de un crecimiento de los delitos de mayor escala.

Plano detalle de los Mossos d'Esquadra

Preocupa especialmente el aumento de los delitos sexuales. Según el Balance de Criminalidad de 2023 del Ministerio del Interior, las denuncias de violaciones en la capital catalana aumentaron en un 50,9%: en 2022, hubo 293 casos frente a los 442 de 2023. Y, aunque referidos a la provincia y no a la ciudad, según el Balance de Criminalidad más actualizado, Barcelona tiene el segundo puesto de España en agresiones sexuales con 45,3 por cada millón de habitantes.

Afortunadamente, el primer trimestre de 2024 trajo una leve mejora con respecto al mismo periodo de 2023 y los delitos totales bajaron un 2,4%. En ciertos ámbitos, hay mejores significativas como la reducción del 44,4% de las tentativas de homicidio o la reducción de casi el 22% en las sustracciones de vehículos. El apartado de los delitos sexuales, pero, continúa mal: el primer trimestre de 2024 nos ha dejado un aumento del 20,5% de las violaciones.

El campo de batalla inmobiliario

Dejando ahora al margen las causas de este problema, los datos muestran que el alquiler en Barcelona es un problema de primer orden.

Según uno de los últimos informes del Idealista, poco después de la aplicación de la ley de vivienda, la caída de oferta en la ciudad fue del 14%. La semana pasada, otro portal inmobiliario, Alquiler Seguro, explicó que el alquiler medio en Cataluña llegará en 2024 hasta los 1.361 euros. Por su parte, Barcelona firma el alquiler más caro de España con 1.536 euros de media.

Carteles de aqluiler en una fachada

Por otro lado, se calcula que el 40% de la caída de la oferta inmobiliaria derivada de la regulación de los alquileres en 2024 se concentrará en Cataluña. Como han explicado algunos especialistas - los de, por ejemplo, ESADE, que estudiaron la regulación de alquileres en 2020 -, la reducción de la oferta de alquiler agrava la desigualdad social y afecta en especial a los más humildes, que son jóvenes e inmigrantes.

Presión demográfica

Más que un factor aislado, la presión demográfica es un potenciador de todas estas dinámicas. Según el último informe anual del Banco de España (BdE), la presión migratoria se concentra en zonas urbanas como Barcelona y eso tiene un impacto directo en el alza de los precios inmobiliarios. “Existe una fuerte correlación positiva entre el crecimiento de la población y el avance de los precios de compra y de alquiler desde el inicio de la recuperación económica en 2014 hasta 2022”, señala el BdE en el capítulo 4 de este informe.

Así mismo, la presión migratoria se traduce en una presión asistencial que la Generalitat, con el consejero Campuzano a la cabeza en esta materia, ha intentado resolver con la máxima velocidad. Pero la capacidad de absorción es limitada y, además, la Generalitat no tiene competencias para oponerse al reparto de inmigrantes que decreta el Gobierno central.

De manera subsidiaria, la presión migratoria y las dificultades para integrarla explican que haya una evidente sobrerrepresentación de extranjeros en la delincuencia. Según Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra, casi el 80% de los detenidos en la ciudad son extranjeros. Así mismo, los datos del Departamento de Justicia muestran que más de la mitad de la población penitenciaria en Cataluña es extranjera. Dada la tendencia migratoria que lleva este 2024 no hay razón para suponer que toda esta situación cambiará en el corto plazo.

Presión turística

Nuevamente, la presión turística es un factor potenciador de todos los anteriores. Nos concentraremos ahora en sus efectos sobre el empleo y el mercado inmobiliario.

En materia laboral, la tendencia es clara y es otra cara del factor migratorio: el modelo económico, con una presencia muy destacada del turismo y los servicios, sirve para absorber gran parte de la inmigración a través del empleo. En su análisis de la última Encuesta de Población Activa (EPA), FUNCAS señalaba que “todo el crecimiento del empleo neto registrado en la industria y en la construcción ha sido de mano de obra extranjera. En los servicios, los foráneos ocuparon el 43% del nuevo empleo”. Otro informe del Departamento de Empresa y Trabajo de Cataluña explica que, en el periodo posterior a la pandemia, de 2021 a 2023, el 92,1% del incremento de la ocupación se debe a personas “nacidas en el extranjero”.

Calle de Barcelona

En materia inmobiliaria, también se da una conjunción de factores. La presión turística y las lagunas de la ley de alquileres han provocado que el alquiler residencial haya huido en masa hacia el alquiler temporal y turístico, que tiene una especial presencia en Barcelona. Según otra vez el Idealista, poco después de la aprobación de la ley, el alquiler temporal experimentó un aumento del 60%. El último Plan Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) muestra que, en algunos barrios de Barcelona como la Dreta de l’Eixample, casi el 70% de las camas son de alquiler turístico. El turismo, en definitiva, es otro de los factores que retiran oferta de alquiler del mercado.

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