El mapa que deja en evidencia a Tània Verge: Cataluña, líder en agresiones sexuales
La idea de que no aumentan las violaciones, sino las denuncias de las violaciones, es cada vez más difícil de sostener
Malos datos de seguridad y, peor aún, en una materia tan sensible como las agresiones sexuales. Según el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, en lo que llevamos de 2024 se han registrado 1.138 agresiones sexuales, lo que representa un 11,6% más con respecto al mismo periodo del año pasado.
Como explicábamos la semana pasada en E-Notícies, las violaciones han aumentado en más de un 300% en los últimos 8 años en Cataluña (un 309,88%). En el primer trimestre de 2017 se contabilizaron 81 agresiones sexuales, en contraste con las 332 del primer trimestre de 2024.
Por otra parte, este auge de las agresiones sexuales presentan un marcado carácter geográfico. Así queda reflejado en la publicación que ha hecho hoy el portal Datadicto a través de redes sociales con datos del Ministerio del Interior:
“Cataluña y País Vasco registran las mayores tasas[de agresiones sexuales]por habitante”, señala la publicación.
El récord absoluto de toda España es para la provincia de Barcelona, que presenta una tasa de 45,3 agresiones sexuales por cada millón de habitantes. Después le siguen Tarragona con 45 y Lérida con 36,4. De esta manera, el tercer puesto de Cataluña es más elevado que el primero del País Vasco, que es para Álava con 36.
Un patrón geográfico
La interpretación de estos datos es un asunto sensible dada la realidad a la que se refieren. Lo que es seguro es que cada vez es más difícil de sostener la interpretación que se hace desde sectores progresistas. Por otra parte, esta tendencia - sostenida en el tiempo, es decir, que es representativa - plantea dudas legítimas sobre la eficacia de cierto feminismo institucionalizado para combatir la violencia contra las mujeres.
Desde el Govern de ERC, por ejemplo, con la consejera Verge como máximo representante de este discurso, han sostenido que esta situación se debe a un aumento de las denuncias como reacción a las campañas de concienciación. Es decir, que no habría más delitos, sino más denuncias de esos delitos. En este sentido, figuras como el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, llegaron a ir más allá y hablaron de que esto eran percepciones alentadas por la extrema derecha.
Y si ocurre que, efectivamente, esto se debe a una reacción ante las campañas de concienciación, entonces está reacción presenta un patrón geográfico muy exigente. De tal suerte que pareciera que en otros lugares de España no han habido dichas campañas o, si las ha habido, no presentan la posterior reacción en forma de aumento de las denuncias.
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