Montaje de Alberto Núñez Feijoó y Carles Puigdemont en el Congreso de los Diputados
POLÍTICA

Junts se alió con el PP el mismo día en que se aprobaba la amnistía

Frankenstein es ágil, pero solo hasta cierto punto

El pasado jueves, la aprobación de la amnistía en el Congreso de los Diputados tapó algunas otras votaciones relevantes. De hecho, ese mismo día, el Gobierno de Sánchez se anotó dos derrotas parlamentarias que son más sugerentes de lo que parecen y que apuntan a una debilidad estructural de Frankenstein. Y esta no es otra que unos intereses ideológicos demasiado heterogéneos.

La geometría, como la ideología: variable

Que la coalición que hizo presidente a Pedro Sánchez sea “progresista” implica una interpretación excesivamente generosa del progresismo y, más aún, de la realidad. Más bien, es una coalición de intereses circunstanciales que se manifiesta de manera agónica en cada votación importante. Más todavía cuando los nacionalistas forman parte de ella y tienen un doble registro de intereses: en Madrid y en sus feudos.

Por el momento, la coincidencia de estos intereses tiene la suficiente fuerza como para disimular los abismos ideológicos que moran en la coalición. El último ejemplo es la amnistía, que unos decían que no iban a dar y otros que no iban a recibir porque “Pedro Sánchez no será primer ministro con los votos de Junts”, Puigdemont dixit.

PSOE y Junts, en fin, se necesitan mutuamente hasta el punto de que comparten un patrón: no han ganado las elecciones y ambos aspiran al poder  - el PSOE lo ha conseguido - gracias a las alianzas parlamentarias. De hecho, una de las noticias más destacadas del día de ayer era que Puigdemont ya le pide explícitamente a Sánchez que sacrifique a Illa.

¿Puigdemont se parece más a Feijóo o a Yolanda Díaz?

La realidad se puede tapar, pero solo hasta cierto punto. El pasado jueves, hubo dos discretas votaciones que así lo demuestran. De paso, reavivan el fantasma que de un tiempo a estar parte se ha residencia en la calle Génova: la posibilidad de que el PP pacte con Junts. Gabriel Rufián, sincero siempre a granel, también lo ha comentado en alguna ocasión en la tribuna del Congreso con la intención de reanimar todo lo posible el presunto progresismo de este Gobierno. A ERC parece no quedarle bien ni el nacionalismo ni el progresismo.

El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, durante la primera sesión del debate de investidura del líder del PP, en el Congreso de los Diputados, a 26 de septiembre de 2023, en Madrid

En cualquir caso, estas dos votaciones fueron las siguientes: una propuesta de Sumar - los que más acusan la ideología multiforme de la coalición - que contemplaba dar más información económica a los sindicatos para negociar convenios colectivos; la otra, la aprobación de una moción del PP que anima al Gobierno a otorgar ventajas fiscales a los jóvenes.

En ambas votaciones PP y Junts han estado de acuerdo con una abstención de estos últimos y un voto positivo de los dos, respectivamente. El PNV, claro, también ha estado en este barco. Sindicatos, patronal y fiscalidad, pues. En temas económicos, aunque por el momento sean a pequeña escala, a Frankenstein se le caen los miembros o le funcionan lento.

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