Fotomontaje con una imagen de fondo de 'El caso Asunta' y al frente Alfonso Basterra
TELEVISIÓN

Alfonso Basterra, tras ‘El Caso Asunta’: ‘Solo tengo una razón para seguir con vida’

Alfonso Basterra se ha visto nuevamente en el foco mediático por la emisión de una serie sobre la muerte de su hija


Alfonso Basterra se dio a conocer pública y tristemente en el año 2013. El motivo es que su hija, Asunta, desapareció y, horas después, fue encontrada sin vida en Teo. Desde el primer momento, las pesquisas policiales le pusieron a él y a su exmujer, Rosario Porto, como principales sospechosos.

Alfonso Basterra y la que fue su pareja acabaron siendo condenados a 18 años de cárcel. Eso sí, ella se suicidó en prisión en 2020 y él continúa entre rejas.

Ahora, el periodista vuelve a estar en el disparadero. Todo porque se ha estrenado la serie sobre lo ocurrido con su pequeña, El Caso Asunta. Y esta ficción, unida al documental previo, han hecho que salga a la luz una carta de él donde expone el único motivo que tiene para seguir viviendo.

Alfonso Basterra: la carta que escribió desde la cárcel

Alfonso Basterra sigue cumpliendo condena en la cárcel de Teixeiro. Desde hace tiempo no se sabe nada de él públicamente, pero ahora ha vuelto a ser protagonista de la actualidad. La razón es que ha visto la luz la serieque aborda el trance más duro de su vida y que está protagonizada por Candela Peña, Tristán Ulloa y Javier Gutiérrez.

Fotografía de la serie El Caso Asunta de Netflix con Candela Peña y Tristán Ulloa

Esa ficción, que narra lo sucedido con la muerte y posterior juicio sobre su hija adoptiva, ha hecho que se vuelva a hablar de él. Y también que salgan a la luz detalles que habían pasado inadvertidos hasta este momento. Entre ellos que hace un tiempo escribió una carta a Ramón Campos, creador de dicha serie y también del documental previo, El Caso Asunta, Operación Nenúfar.

Alfonso comienza esa misiva, que se ha desvelado íntegramente, estableciendo que desde que está en prisión siente ira y rabia. Las siente “hacia el juez instructor, el fiscal, los abogados de la acusación particular, los medios de comunicación. Y, muy particularmente, hacia la persona que acabó con la vida de mi niña”.

Sin embargo, admite que no puede tolerar tener esos sentimientos, porque le llevarían a la locura e incluso a la autodestrucción. De ahí que expone que “tras mucho pensar, he entendido que el perdón es mi camino. Es la única forma de mantenerme en mi camino y sortear este gran reto que el destino me ha puesto”.

“No puedo volver a caer en episodios de cólera como los que he vivido. Es más, he llegado a la convicción de que todos ellos actuaron bajo un signo profesional del que estaban convencidos y con arreglo a la más pura de las éticas. Equivocados totalmente, pero sin saltarse la ley y sin ánimo alguno de condenar”.

Captura de Alfonso Basterra y Rosario Porto en el juicio por la muerte de Asunta

Basterra, asimismo, le indica a Campos que cuando comience a disfrutar del tercer grado hará algo. Y es sentarse a tomar un café con el juez, el fiscal y los abogados para debatir lo que fue el juicio. Encuentro en el que les ofrecerá “mis disculpas por tan terribles pensamientos surgidos de una locura inimaginable que no deseo a nadie”.

“Y, por la misma razón, haré lo propio con el asesino o asesina de mi niña, porque ahora sí, estoy convencido de que su acción fue fruto de esa locura. Nadie en pleno uso de sus facultades mentales cometería una monstruosidad como esa”.

Alfonso Basterra desvela la única razón que tiene para continuar viviendo

Alfonso Basterra deja igualmente muy claro en esa carta que “cuando recupere mi libertad, tengo el firme propósito de desaparecer. Nadie volverá a saber de mí, ni tan siquiera Rosario Porto”. Frase esta última que deja claro que estas palabras fueron redactadas antes de que ella se quitara la vida.

Y ahí no queda todo, pues manifiesta con claridad el porqué continuaba adelante. Lo hace diciendo: “Solo tengo una razón para seguir viviendo y no es otra que volver a ser un hombre libre y reunirme con mi niña, nunca antes. De hecho, ya tengo pensado el cómo y el dónde, tan solo me falta el cuándo, pero todo llega”.

Imagen de Alfonso Basterra en el juicio por la muerte de Asunta

El condenado acaba la misiva diciendo: “Mi verdadera condena no es la prisión, sino no haberla podido socorrer cuando más me necesitó. Eso es algo que nunca me podré perdonar”. A lo que añade: “Así que cuando conozcan mi fallecimiento, le ruego que descorche una botella de cava y brinde con los suyos”.

“Solo en ese momento comprenderá que he recuperado mi felicidad. Mi niña me necesita y yo a ella”.

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