
Nadie esperaba lo último de Pep Guardiola y Cristina Serra tras su separación
La historia entre Pep Guardiola y Cristina Serra ha reaparecido en el foco mediático como uno de los vínculos más comentados del panorama catalán
Barcelona no es solo escenario de goles, ruedas de prensa y victorias deportivas. A veces, también lo es de historias íntimas que transcurren lejos del foco, en mansiones discretas de Pedralbes y paseos entre Collserola y el mar.
De esta manera, la relación entre Pep Guardiola y Cristina Serra ha vuelto a convertirse en el centro de atención. No por escándalos ni titulares estridentes, sino por la posibilidad, todavía latente, de una reconciliación.

Giro inesperado en la separación de Pep Guardiola y Cristina Serra
Así lo han desvelado en el podcast En Blau VIP, presentado por Marc Leirado, en una entrega que ha removido los cimientos de la prensa rosa. Según explicó María Lapiedra, colaboradora del programa, la pareja no habría cerrado definitivamente el capítulo de su matrimonio.
Todo lo contrario: se están dando una segunda oportunidad. Y no es un intento menor. Pese a que Pep Guardiola reside en Manchester debido a su compromiso contractual con el City, donde ha renovado como entrenador hasta 2025, su corazón parece seguir instalado en Barcelona.
Cristina Serra, por su parte, permanece en la ciudad condal junto a su hija menor, Valentina, en la lujosa residencia familiar de Pedralbes. Lejos de vivir una separación definitiva, la pareja ha sido vista compartiendo techo estos días de abril, durante la Semana Santa.

Un detalle no ha pasado desapercibido
Uno de los detalles más reveladores ha sido la constatación de que ambos conservan y lucen sus alianzas matrimoniales. No es solo Guardiola quien mantiene el anillo visible en los banquillos de la Premier League; también Cristina sigue llevando su alianza en público.
Un hecho que podría interpretarse como un símbolo de que el vínculo no está roto del todo. Además, según fuentes cercanas citadas por el programa, Guardiola habría hecho un compromiso concreto con su esposa: viajar cada semana desde Manchester a Barcelona.

Una promesa que intenta paliar la distancia impuesta por los compromisos profesionales y reconstruir, paso a paso, su relación. Aunque se encuentre en una etapa de pausa y replanteamiento, todo indica que ambos siguen apostando por preservar el vínculo que los une.
En tiempos donde todo parece efímero, el intento de reconstrucción de esta pareja es casi una rareza. Guardiola y Serra, conocidos por su discreción, demuestran que hay relaciones que, incluso cuando parecen perdidas, pueden tener todavía una jugada por hacer.
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