El PSC continúa con su cambio de relato en Interior

Desde que estalló el debate del aumento de la inseguridad en Cataluña, el PSC ha modificado su discurso de manera progresiva. Aunque hay que tener presente un efecto óptico: y es que veníamos de la época ERC, cuando esta realidad se disimulaba. Pero lo cierto es que la seguridad es la principal preocupación de los barceloneses, y esto explica su evidente interés electoral.

Una vez en el poder (Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat), el PSC ha ido incrementando la dureza de sus palabras. El presidente Illa, por ejemplo, calificó la seguridad de “prioridad” y de medida política “progresista”. Por su parte, el alcalde Collboni también ha sido muy contundente a la hora de referirse a la “lacra” de la multirreincidencia.

El PSC, en definitiva, tiene asumido que hay poco margen para el matiz cuando se trata del problema de la inseguridad. Más todavía cuando hay adversarios políticos que mueven el discurso en esa dirección, desde el PP hasta Vox y pasando por AC. Y la figura socialista encargada de encauzar tanto el debate como el problema es la nueva consejera de Interior, Núria Parlon.

El PSC da por descontado el aumento de la inseguridad

De entrada, Parlon constató la realidad del aumento de la inseguridad y señaló que su prioridad era “revertir la curva delincuencial”. Puso bastante énfasis en la multirreincidencia, que dispara la percepción de inseguridad, y en el aumento de armas blancas. El teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, también ha mostrado su preocupación por la “cultura de la navaja” en Barcelona.

Por todo ello, Parlon habló de una “nueva etapa” en Interior (algo relativamente parecido a lo que ha ocurrido con Espadaler en Justicia). En este sentido, Parlon ha destacado la situación de Barcelona, pero también hizo referencia al resto de ciudades de Cataluña. Como se ha explicado en E-Notícies, han sido los alcaldes (de todos los colores políticos) los que han alzado la voz con más claridad.

De esta manera, el Govern pretende aumentar la plantilla de Mossos con 570 agentes más cada año, reforzar la cooperación policial y crear nuevas unidades especializadas. El motivo es que uno de los problemas particulares de seguridad es el aumento del crimen organizado y del narcotráfico. Sobre esto, cabe destacar la degradación del barrio del Raval por culpa del florecimiento de los narcopisos, que Batlle admitió que tienen dificultades para controlar.

Y el asunto más espinoso

Ayer mismo, la consejera Parlon volvió a referirse al debate de inseguridad, y lo hizo hablando de su cara más peliaguda: los delincuentes de origen extranjero. Ante los micrófonos de RAC1, la consejera habló de que “hay un porcentaje importante de personas que no tienen DNI español que cometen delitos”. Así mismo, cargó contra los partidos que “aprovechan” esta realidad delincuencial:

“Delante de la delincuencia, la ciudadanía quiere determinación y exige a los poderes públicos sentirse seguros”, señaló la consejera. “No pueda haber impunidad”, concluyó, en alusión a la reforma del código penal que se ha aprobado para atajar la multirreincidencia. La prioridad de esta reforma es cambiar la tipificación penal de la multirreincidencia, que deja a estos criminales en un limbo de impunidad.

Asistimos, pues, a la progresiva apertura de un debate que todavía divide la realidad de la calle y la realidad del discurso político. El PSC es plenamente consciente de que este tipo de problemas son los que disparan la ira ciudadana y hacen caer gobiernos. Y aunque le den la mínima visibilidad posible, los socialistas dan por descontado que, si no enderezan el problema durante esta legislatura, tendrán un serio obstáculo electoral en el futuro.