Tres personas sonrientes frente a un cartel amarillo que dice "Liquidación Total".
POLÍTICA

Pedro Sánchez, liquidación total con Junts y Podemos

Los 11 diputados de Ione Belarra y Míriam Nogueras pueden hacer caer el Gobierno y aprovechan su debilidad

La política española está viviendo un momento de gran inestabilidad, con el Gobierno en el alambre por los casos de corrupción y las extrañas maniobras de los partidos en las votaciones. Junts rebaja ahora la tensión facilitando leyes que había bloqueado mientras Sumar pacta negociaciones con el PP. Lo peor para el Gobierno es la sensación de que no hay un bloque sólido, sino partidos que aprovechan su debilidad para sus propios intereses. 

La principal amenaza para el Gobierno de Pedro Sánchez son ahora los siete diputados de Junts y los cuatro de Podemos. Es decir, asume que la legislatura -y la política española- está ahora mismo en manos de 11 diputados. Y han empezado las concesiones para asegurar su apoyo a los presupuestos, clave para desencallar la crisis de gobierno.

Pedro Sánchez sentado en el congreso con expresión pensativa y mirando hacia abajo

Así se ha demostrado con el decreto de renovación del consejo de administración de RTVE. Descartada la negociación con el PP, el PSOE ha empezado a cortejar a sus socios ofreciendo a ERC, Junts y Podemos entrar en el consejo de administración. Lo que el Gobierno vende como un refuerzo del pluralismo en el ente público, se antoja en realidad como otra concesión ante los socios preferenciales que pueden hacerle caer.

La negociación de los presupuestos

El caso de RTVE es solo un ejemplo de como el Gobierno está dispuesto a ofrecer más condiciones a sus socios más volátiles como Podemos y Junts. La principal preocupación son ahora los presupuestos. Con las cuentas de 2024 prorrogadas, si las del año que viene no prosperan el Gobierno de Pedro Sánchez entraría definitivamente en barrena.

Aquí hay dos lecturas. Los díscolos (Podemos y Junts) intentan aprovechar la debilidad del Gobierno para amenazar con hacerlo caer si no accede a sus exigencias. Podemos ha pedido romper relaciones con Israel y bajar un 40% el precio de los alquileres si el Gobierno quiere su apoyo a los presupuestos. Junts aprieta las tuercas al PSOE con la negociación del techo de gasto, esperando sacar concesiones para Cataluña y contrarrestar así el liderazgo de ERC en la negociación de la financiación singular.

La otra lectura es la del Gobierno, que admite la situación de debilidad pero a su vez llama a la calma alegando que ni a Podemos ni a Junts les conviene romper. Sobre todo a Junts, que perdería la posición de fuerza que tiene ahora mismo en el Congreso y podría tener que posicionarse ante un futuro gobierno de PP y Vox.

Lo de Podemos es más preocupante, porque en Moncloa ven a los de Ione Belarra dispuestos a todo. De hecho, hacer caer al Gobierno de Pedro Sánchez permitiría a los morados diferenciarse de Sumar y presentarse como la única alternativa de izquierdas al PSOE.

La alargada sombra de Puigdemont

Aunque Podemos está ahora asomando la cabeza, la clave de la política española sigue estando en Junts. Puigdemont no descarta la opción del PP, con quien podría negociar el futuro gobierno a cambio de desbloquear la aplicación de la amnistía y permitirle volver a Cataluña para romar las riendas de la oposición. Pero eso le obligaría indirectamente a facilitar un gobierno con Vox, lo cual echa para atrás a Junts que de momento prefiere la comodidad de seguir sostentiendo a Sánchez.

¿Hasta cuándo? Esta es la pregunta, porque muchos piensan que en realidad Carles Puigdemont está buscando el momento adecuado para precipitar la caída de Pedro Sánchez. Una estrategia arriesgada, pero que mientras permite a Junts arrancar el máximo de concesiones posibles de un Gobierno que parece estar de liquidación total.

Montaje con un plano medio cort de Carles Puigdemont y otro de Pedro Sánchez, uno mirando hacia arriba y otro mirando al suelo con cara de preocupación

En Podemos y en Junts están convencidos de que en las próximas semanas negociarán con un Gobierno debilitado y más propenso a ceder ante sus exigencias. Junts ya está rebajando su dureza, aprobando leyes que hasta ahora bloqueba y cediendo terreno en la negociación del techo de gasto. Se ha impuesto la estrategia de ser duros cuando conviene y aflojar cuando sea necesario para seguir extendiendo la alargada sombra de Puigdemont en el Congreso y en la Moncloa.

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