Imagen de un cayuco en aguas canarias con decenas de inmigrantes ilegales con impermeable
POLÍTICA

Inmigración y agricultores: los temas estrella en el tramo final de la campaña europea

Hacía tiempo que unas elecciones europeas no estaban tan unificadas en torno a unos mismos temas

Este domingo podrán votar 400 millones de personas. Lo más probable es que una gran parte de ellas lo haga con dos cosas en la cabeza: inmigración y agricultura. Sobre todo, con la primera. El auge de lo que unos llaman extrema derecha, derecha extrema, nueva derecha, derecha identitaria, etc, es sencillamente indisociable de estos dos temas.

La mar de fondo europea

Ya sea califique de una u otra manera, lo que caracteriza a esta opción política es el envoltorio ideológico del nacionalismo. Al contrario de lo que se supone - sobre todo, desde el progresismo -, las ideas nacionalistas no son la causa del crecimiento de esta opción política, sino su efecto. Lo que hay en primer término es una degradación material de las condiciones de vida que, después, encuentra en el nacionalismo una salida ideológica.

Foto de los tractores cortando las carreteras de acceso en Barcelona

Esto es lo que explica que hayamos percibido un cierto cambio de rumbo por parte de los actuales poderes políticos de la Unión Europea. Aunque, a decir a verdad, son cambios con una vocación más bien mediática destinada a detener la fuga de votos y el malestar social. En este sentido, tal vez a Macron sea el líder político al que más se le ven las costuras.

Con respecto a la inmigración, ahí tenemos a un canciller alemán socialdemócrata como Olaf Scholz pidiendo “deportaciones masivas”. O a un grupo de quince países europeos - que también incluyen socialdemocracias progresistas como la danesa - pidiendo cambios más duros en la política migratoria europea. De hecho, hace unas semanas pasó desapercibido que el Parlamento Europeo había votado a favor de un informe destinado a estandarizar los criterios para identificar inmigrantes ilegales y cuyo autor era Jorge Buxadé.

Plano general del Parlamento EUropeo con la bandera europea presidiendo la sala

Con respecto a la agricultura y el sector primario en general, la situación ha adquirido una tonalidad hasta simpática. Y es que, desde que estallaron las protestas de los agricultores, la legislación europea parece que ha caído del cielo y que nadie votó a favor de ella. Algo que, por descontado, los agricultores no pasan por alto, que esta semana han vuelto a protagonizar protestas porque entienden que “no se han dado pasos” ¿Y cuál es el principal paso que reclaman los agricultores? Frenar la importación de productos de terceros países.

La situación en España

Como es natural, toda esta situación tiene su traducción al caso español y en especial al caso español. En lo relativo a la inmigración, por ejemplo, España es uno de los países de frontera que, junto con Italia, recibe más presión migratoria. El año pasado casi se superó el récord de 2018 y todo apunta a que 2024 tendrá el nuevo récord oficial. Por el momento, el primer trimestre de este año ya ha batido la marca de 2018.

Con respecto a la agricultura, los criterios de producción europeos han llevado a que las empresas españolas del sector agroalimentario hayan aumentado en un 35% sus delegaciones en Marruecos. Según el Ministerio de Agricultura, en 2022, solo los costes agrarios aumentaron en un 32%. Esto es lo que explica que la segunda medida que reclaman los agricultores sea subvencionar las fuentes de energía que utilizan en su sector.

Todo este magma de indignación y desórdenes sociales moviliza sobre todo a las derechas. Aunque esto no está exento de reproches mutuos entre los conservadores tradicionales y los identitarios. Nuevamente, el caso de España ha sido claro: poco después del ‘fair play’ de las elecciones catalanas, PP y Vox entraron en la lucha cuerpo a cuerpo. Unos acusan a otros de ser populistas al estilo Trump y los otros acusan a los unos de ser idénticos al PSOE. Desde Vox remarcan que PP y PSOE voten lo mismo en Europa en el 89% de las ocasiones:

Por su parte, los populares también ha visto la necesidad de recoger este descontento social. En un mitin en las Islas Canarias, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, señalaba directamente al problema de la inmigración irregular y proponía que los inmigrantes firmaran un “compromiso de adhesión” a los valores europeos, “como por ejemplo la igualdad entre hombres y mujeres”, dijo en una referencia velada a la inmigración musulmana. Los que vengan para “delinquir o vulnerar los valores europeos”, dijo Feijóo, “no tienen cabida en la Unión Europea”:

Finalmente, el debate del sector primario es casi idéntico y ambas formaciones piden más o menos lo mismo: derogar el Pacto Verde, reforzar la Política Agraria Común (PAC) o reducir la burocracia. Las diferencias son de matiz o como mucho de relato. El PP, por ejemplo, no pone tanto el acento en la “Agenda 2030” como sí hace Vox, que vincula esta situación con las dinámicas globalistas.

Lo que es seguro es que, a diferencia de casi todas las anteriores, las elecciones europeas de este domingo supondrán el inicio de un cambio en la infraestructura europea. Es de esperar que los gobiernos de distinto color transiten de manera discreta y disimulada hacia la ‘Europa de las naciones’.

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