Ciudadanos contiene el aliento en una semana clave: qué pasará tras el 9-J
Tras su desaparición del Congreso y del Parlament, son muchas las voces internas que hablan de refundación
Pese a que muchos españoles ven las elecciones europeas con el desinterés que provoca la distancia, los resultados del 9 de junio tendrán también un impacto en la política nacional. Sobre todo en el caso de Ciudadanos, que se juega mucho más que su presencia en Europa. Tras su desaparición del Congreso, en junio de 2023, y del Parlament, el pasado 12 de mayo, son muchas las voces internas que ya hablan de refundación.
El propio candidato de Cs en las europeas, Jordi Cañas, propone la refundación del partido en un nuevo proyecto que ocupe su mismo espacio. Aunque asegura que no se disolverán pase lo que pase el domingo, también reconoce que ha llegado el momento de plantearse cambios urgentes para evitar la desaparición. Mantener representación en Europa es fundamental para que los últimos resistentes del partido puedan seguir defendiendo sus postulados en un espacio cada vez más reducido.
La presencia de Fernando Savater y Adrián Vázquez, ex los dos de Cs, en los actos de campaña del PP, simbolizan el proceso de absorción de los naranjas por los azules. Pero también, a la inversa, muestran la resistencia de quienes como Carlos Carrizosa o el propio Jordi Cañas se opusieron a la fusión de siglas para concurrir a las europeas. Una fusión que intentó llevar a cabo Adrián Vázquez desde la presidencia del partido, pero que acabó fracasando antes de que él mismo abandonara para irse al PP.
Europa, feudo clave
La progresiva pérdida de diputados en España y en Cataluña abrieron una grieta importante en el partido, no solo por la crisis de confianza sino también por la pérdida de activos económicos. Su presencia en la Eurocámara es importante pues a nivel económico. El partido reservó algunos activos para esta campaña, y espera recuperarlos con creces con la obtención de varios eurodiputados.
Pero también es fundamental para la consolidación de la posición que Ciudadanos, que ven como un dique de contención frente al procesismo, por un lado, y el radicalismo de Vox, por otro. Fue el número dos de las listas, Javier Nart, quien alertó en E-Notícies del peligro del auge de los partidos identitarios que venden “falsas soluciones a problemas verdaderos”. Por eso los actuales dirigentes de Cs reivindican su papel de centralidad, para recuperar un espacio que en los últimos años ha sido arrastrado hacia la derecha por Vox y el PP.
No lo tendrán fácil, puesto que muchas encuestas les sitúan fuera de la Eurocámara, y las más optimistas, como el propio CIS, les dan entre 1 y 2 eurodiputados. Ahora tienen siete, y su gran esperanza es precisamente la ventaja que ofrece la circunscripción única que les permitió desembarcar en 2014 con dos eurodiputados. Para conseguir unos buenos resultados necesitan que los votantes españoles reconozcan su proyecto como necesario en un momento especialmente trascendente para Europa.
El riesgo de desaparecer
En Ciudadanos no están preocupados por la fuga de dirigentes al PP. Creen que mientras haya resistentes como Nart, Cañas o Carrizosa para defender sus ideas, habrá un espacio por el que luchar como es el del liberalismo. Pero Cs lucha contra otra realidad que es la fragmentación de su espacio, con el surgimiento de nuevas opciones como el partido de Edmundo Bal, Nexo Plataforma, o el de Fernando Igea, Izquierda Nueva, ambos ex de Ciudadanos.
Además, hay otros partidos nuevos como el movimiento de Alvise Pérez, Se Acabó la Fiesta (SAF), o Iustita Europa, que luchan por entrar también en la Eurocámara. En definitiva, un espacio muy repartido que resta posibilidades a Ciudadanos y convierte su permanencia en Europa casi en una hazaña. Esta opción, la de quedarse fuera también de Europa, obligaría a replantearse su existencia pese a la voluntad de resistencia de sus líderes.
Tras haber sido el partido más votado en Cataluña y haber tenido la clave de la gobernabilidad en España, lo peor que le puede pasar a Ciudadanos es acabar siendo una fuerza residual. Quedar fuera de Europa les restaría cualquier presencia institucional, y eso sería el fin definitivo de la formación. La realidad es que en la polarización política actual en España, con la lucha entre el sanchismo y PP-Vox, el espacio liberal ha quedado totalmente fulminado.
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