Varios tractores en fila en las protestas de los agricultores en Bélgica

POLÍTICA

La crisis en el campo provoca una fuga de empresas agroalimentarias a Marruecos

Es una manera de esquivar los elevados costes de producción que hay en Europa: es más rentable producir fuera y exportar a España

Las empresas españolas del sector agroalimentario han aumentado en un 35% sus delegaciones en Marruecos. Los productos del campo salen por la puerta y entran por la ventana. Es una manera de sortear las dificultades que hay en el mercado europeo.

Vámonos a Marruecos

Los reguladores de Bruselas y los fenómenos meteorológicos se han puesto de acuerdo para hacer inviable la industria alimentaria en Europa. Hay sequía, pero también aumento de las cotizaciones sociales, hay heladas, pero también una enorme regulación medioambiental. Esto ha llevado a que el campo europeo sea un polvorín.

Y los polvorines tienden a estallar: es lo que ha ocurrido durante las últimas semanas. En España y en Cataluña los agricultores han tardado un poco más, pero también irán a la huelga. En Francia, donde la legislación es aún más dura, los agricultores han provocado verdaderos disturbios en el orden público.

Al margen de todo ello, ocurre que los actores económicos siempre buscan maneras de adaptarse a la situación. Y en el caso de la industria agroalimentaria, han encontrado una salida evidente. Si se puede producir fuera y después importarlo, hagámoslo.

Comer, hay que comer

El caso es que Europa tiene que comer y si aquí no se produce, se importa. Es lo que le ocurre a Francia con España y a España con Marruecos: importar del país vecino. Por eso, en solo tres años han aumentado en un 35% las delegaciones de empresas del sector en Marruecos.

Esto obedece a algo tan común como deslocalizar la producción para reducir costes. Ocurre que es tan caro producir en Europa que ya sale a cuenta trasladarse al país vecino y pagar los costes de importación. Según el Ministerio de Agricultura, en 2022 por ejemplo los costes agrarios aumentaron un 32%. Este aumento es solo de los costes de producción, con lo que la subida del SMI y de las cotizaciones sociales van aparte.

Por ejemplo, la importación del tomate marroquí a Europa ha aumentado un 52% en nueve años y el turco casi se ha cuadruplicado. Y a menos que la regulación europea ponga trabas a la importación de países que no cumplen nuestros estándares, lo más probable es que aumente. Porque a diferencia de otros sectores, el agroalimentario es indispensable: hay que comer.