Xavier Godàs habla frente a un micrófono mientras sostiene un papel amarillo con personas desenfocadas al fondo.
POLÍTICA

Los roviristas de ERC tiran de postureo con amenazas al PSC

El procesismo compite entre sí para ver quién se hace el más duro con Salvador Illa y el PSOE

Amenazar con tumbar al PSC o a Pedro Sánchez cotiza muy caro entre el procesismo. Se trata de un fenómeno natural: es el resultado de que Junts y ERC han visto cómo los socialistas se hacían con el poder. Esta misma semana, por ejemplo, Junts volvía a enredarse a sí mismo coqueteando con una moción de censura a Sánchez.

En el caso de ERC, esta situación la manejan con prudencia porque, al fin y al cabo, si Illa es president es gracias a ERC. Al mismo tiempo, sin embargo, los republicanos no pueden desatender del todo al electorado nacionalista dando la sensación de ser una comparsa del PSC. Esto explica que algunas candidaturas a presidir ERC hagan amenazas más o menos explícitas con tumbar el acuerdo de gobierno con el PSC.

Salvador Illa sentado en su escaño del Parlament

Amenazas (en plural)

El último en apuntarse a este postureo ha sido el candidato de Rovira, Xavier Godàs, de la candidatura de Nova Esquerra Nacional. En una interesante entrevista para El Periódico, Godàs no ha ahorrado en palabras para mostrar un perfil fuerte. “El nivel de exigencia[al PSC]será tal que habrá una cosa que cambiará muchísimo: si nosotros presidimos ERC, no nos dará miedo hacer tambalear gobiernos”, dice Godàs.

El candidato de Rovira - él reniega de la etiqueta de “rovirista” - va más allá y no solo advierte al PSC, sino también a Sánchez. Godàs explica que ERC ya ha pagado muchas facturas y que ahora quieren “cobrarlas”, aunque implique tumbar gobiernos (en plural). De hecho, se muestra muy optimista ante esta estrategia porque dice aspirar a volver a gobernar “a través de victorias, no a través de negociaciones”.

Salvador Illa y Pedro Sánchez mirándose a los ojos sonrientes en un acto del PSC

Con estas palabras (y las maniobras de Junts por otra parte), asistimos al reajuste político e ideológico del procesismo. Por el momento, parece que pasa por una actualización del maximalismo para ver quién se queda con el trofeo de partido catalán más duro con Madrid. La CUP, por ejemplo, también apela al “independentismo popular” y a nuevos embates democráticos.

Hasta el momento - y por incomparecencia de una ERC agonizando en su propia guerra interna - este trofeo lo tenía Puigdemont. Pero progresivamente se va haciendo más evidente que la amnistía ha inutilizado a Junts a través de la situación personal de Puigdemont, que no es ni jefe de la oposición

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