Un hombre con las manos juntas en primer plano mientras una multitud al fondo levanta tarjetas amarillas.
POLÍTICA

Todos contra mí: la estrategia de Oriol Junqueras para ganar en el congreso de ERC

El expresidente ofrece un liderazgo fuerte y una base amplia e integradora para contrarrestar los ataques externos

Las cosas se han complicado para Militància Decidim, la candidatura encabezada por Oriol Junqueras que arrancaba como la favorita para imponerse en el congreso nacional de ERC, el 30 de noviembre. Los de Marta Rovira han pasado a la ofensiva y parecen estar ganando puntos. Pero Junqueras sigue confiando en sus posibilidades, y quiere aprovechar la guerra interna para armar una estrategia de él contra todos.

Vayamos a pamos. Oriol Junqueras ha armado una candidatura basada en el músculo de la militancia y el municipalismo, poniendo el énfasis en la regeneración de ERC contra el viejo aparato del partido. La candidatura rovirista, en cambio, cuenta con el apoyo de pesos pesados como Marta Vilalta, Pere Aragonès, Teresa Jordà y Josep Maria Jové, y de figuras históricas como Carme Forcadell, Joan Puigcercós, Joan Ridao y Joan Manuel Tresserras.

Montaje con un primer plano de Marta Rovira y Oriol Junqueras con un acto de ERC de fondo difuminado

Esto ha dado más empaque a la candidatura de Marta Rovira y le ha permitido tomar la iniciativa, controlar el relato y marcar la agenda. Su estrategia consistirá en llevar el congreso al terreno ideológico de la confrontación entre la ERC independentista, que ella representa, y la ERC federalista de Oriol Junqueras y Joan Tardà

Los roviristas están siendo más eficaces en la batalla mediática, consiguiendo trasladar la idea de un Junqueras que renegó de la independencia y que utiliza las malas artes para dirigir el partido. Además, cuentan con una ventaja: si Junqueras no consigue superar el 50% de los votos y hay una segunda vuelta, los roviristas tiene más margen para establecer alianzas con las otras dos candidaturas surgidas de los sectores críticos.

Desde fuera parece que están cambiando las tornas. Pero desde dentro advierten del respaldo masivo con el que cuenta Oriol Junqueras entre la militancia y que puede acabar decantando la balanza a su favor. Ante el asedio al que está siendo sometido, Junqueras jugará la carta del todos contra mí, es decir, aglutinar a las bases a su alrededor frente a las amenazas externas.

Junqueras y el republicanismo integrador

En el plano estratégico, Junqueras apelará de aquí hasta el 30 de noviembre al ascendente que sigue teniendo entre las bases para sumar apoyos frente a lo que llama el "sector oficial" del partido. Puesto que se está demostrando que en el cuerpo a cuerpo tiene las de perder, evitará la confrontación directa y se centrará en ensanchar la base de su candidatura. Sabe que no le vale sale con ganar, así que apretará el acelerador con una campaña "emocional" de reivindicación de su figura frente al establishment de ERC.

En el plano ideológico, no solo no renuncia a la dicotomía independentismo-federalismo que plantea Marta Rovira, sino que quiere sacar provecho con ello. Es verdad que el independentismo sigue siendo un valor movilizador, y no renunciará a utilizar durante la campaña conceptos como referéndum, autodereminación o república. Pero Junqueras también cree que esto tiene sus limitaciones y que en cambio su propuesta de republicanismo integrador tiene un margen más amplio para sumar nuevos sectores.

Junqueras da por perdidos a los militantes de los sectores críticos, muchos de los cuales incluso pueden decantarse por la candidatura rovirista como voto útil contra él. Pero en cambio, está convencido de que sí existe en ERC un amplio sector pragmático partidario de ensanchar la base para crecer en esta nueva etapa post-procesista. Y que esto le da una ventaja para concentrar en Militància Decidim el voto del republicanismo integrador, no estrictamente independentista.

Junqueras es ERC

Finalmente, Junqueras apelará a las ingerencias externas de los enemigos de ERC que se alían con los sector críticos para desgastar el partido. Estos últimos días hemos visto a los afines de Puigdemont como Vicent Partal o Lluís Llach atacar duramente a Junqueras. Y esto ya le va bien a Junqueras, porque así puede presentarse no solo como el candidato al que todos quieren derrotar (todos contra uno) sino también el único candidato que defiende a ERC de los enemigos externos.

Junqueras sabe que el PSC genera mucha animadversión en ERC, pero que tanto o más rechazo genera Carles Puigdemont. De hecho, en la consulta del 2 de agosto sobre la investidura de Salvador Illa muchos militantes votaron 'Sí' porque su deseo de fastidiar a Junts pesaba más que las reticencias con el PSC. Lo mismo puede ocurrir en el congreso, donde Junqueras puede ser visto como un antídoto contra Junts que no parece tan claro en otras candidaturas.

Al final, el expresidente sabe que ha cometido muchos errores y que su figura está desgastada, pero que para muchos Junqueras sigue siendo ERC. Que su candidatura ofrece un liderazgo fuerte y reconocible, para bien o para mal, frente a la indefinición de la candidatura de Marta Rovira. Uno contra todos, esta es la estrategia de Oriol Junqueras para apurar sus opciones a un mes escaso del congreso nacional.

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