La ciudad de Cataluña con un 34% más de delitos: no son solo percepciones
La localidad del Amposta se enfrenta al aumento de la inseguridad y de las okupaciones
El aumento de la inseguridad no es un fenómeno circunscrito solamente a Barcelona. Hay otras ciudades en las que la situación es igualmente preocupante. Como se explicó hace unos meses en este medio, la ciudad de Manresa, por ejemplo, también se enfrenta a este problema social.
Según datos del Ministerio del Interior en su balance de criminalidad, Manresa cerró 2023 con un aumento de la delincuencia convencional del 8,7%. Las autoridades políticas de ERC - tanto el consejero Elena como el alcalde Aloy - insistieron en que eran “percepciones” y “sensaciones”. Pero la realidad volvió a hacer acto de presencia y solo durante el primer semestre de 2024 Interior registró un aumento de la delincuencia del 10%.
Y otro tanto se podría decir de Figueres, Badalona, Lérida y otras tantas ciudades catalanes. Esto explica que hayamos asistido a un consenso involuntario entre muchos alcaldes catalanes de todos los colores políticos. Incluso el alcalde cupaire de Berga, Ivan Sànchez, ha pedido mano dura contra la multirreincidencia.
Y la última localidad catalana en destacar por el aumento de la inseguridad ha sido Amposta. La capital de la comarca del Montsià presenta unos preocupantes datos en materia de seguridad. Además, y como suele ser habitual, esta situación de Amposta también apunta al espinoso debate de la vinculación entre delincuencia e inmigración ilegal.
Problemas en Amposta
Si acudimos al último balance de criminalidad de Interior, Amposta presenta entre el primer semestre de 2023 y de 2024 un aumento del 15% de la criminalidad convencional. Pero es que entre 2022 y 2023 las infracciones penales aumentaron un 34,1%. Así mismo, Amposta presenta lo que algunos criminólogos como Samuel Vázquez denominan “zonas de confort criminal”.
En este sentido, la localidad presenta un problema con la okupación, las infraviviendas y las casas vacías, que actúan como reclamo criminal:
Todo esto genera un caldo de cultivo en el que florecen la multirreincidencia y los desórdenes públicos, muchas veces protagonizados por jóvenes de origen extranjero. A su vez, esta degradación del espacio público ha aumentado la tensión política, con la oposición de Junts criticando el desorden migratorio.
Por su parte, el gobierno municipal de ERC, con Adam Tomàs a la cabeza, no se sale del guion republicano. Hablan de la oposición como “racistas” y "extrema derecha", y plantean el riesgo de que se “rompa la paz social” en Amposta. Por el momento, la paz social previa a este aumento de la inseguridad sí que está en riesgo.
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