Un alcalde de la CUP pide ahora cambiar las leyes para combatir la multirreincidencia

Este martes un hombre fue apuñalado en la localidad de Berga. El agresor, conocido suyo, le hirió varias veces hasta que fue detenido. La víctima fue tratada en el Hospital de Berga, pero tuvo que ser trasladada al hospital Sant Joan de Déu de Manresa por la gravedad de las lesiones.

Según ha podido saber el diario Regió7, son dos vecinos de la localidad y de nacionalidad española. Así mismo, se trata de dos personas reincidentes, que ya tenían un historial de hurtos y problemas derivados del consumo de estupefacientes. El perfil de los dos implicados ha llevado al alcalde de Berga, el cupaire Ivan Sànchez, a denunciar la situación de la multirreincidencia.

“Necesitamos que cambien las leyes para poder actuar de otro modo con las personas que sistemáticamente reinciden. Estoy a favor de mantenerlos los derechos, pero también de una revisión de las leyes”, ha dicho al alcalde Sànchez.

El alcalde también ha recordado que durante los dos últimos años ha habido tres casos de agresiones con arma blanca en su ciudad. Esto le ha llevado a compartir su preocupación por el aumento de armas blancas que hay en estos momentos en Cataluña. Como viene siendo habitual, son los alcaldes los que más han alzado la voz.

Cambio de tendencia en Cataluña

En materia de soluciones, Sànchez ha señalado que “desde los ayuntamientos estamos en alerta, sobre todo en fiestas nocturnas, para aumentar la vigilancia”. Como han pedido otros alcaldes de Junts, PP o PSC, el alcalde de Berga señala que “como ayuntamiento hacemos lo que está a nuestro alcance, que es trabajar para tener más agentes, más presencia policial y más controles”.

Así mismo, ha anunciado que tanto Policía local como Mossos harán más controles de armas en la ciudad. El objetivo, dice este alcalde de la CUP, es “evitar accidentes de este tipo”.

Esta postura contrasta con el discurso de la CUP sobre el problema de la seguridad, que se ha caracterizado por un buenismo máximo. Esto indica que el cambio de paradigma en Cataluña ya es irreversible. Ni los sectores más ‘woke’ de la política catalana se pueden permitir poner demasiados matices al problema de la multirreincidencia.

En este sentido, es de destacar que por lo menos hay un consenso bastante amplio en terminar con esta lacra social. El Congreso de los Diputados ya ha aprobado un paquete de medidas al respecto. Así mismo, la capital, Barcelona, también ha dejado atrás el buenismo, en su caso, el de la exalcaldesa Ada Colau.