Primer plano de Oriol Junqueras mirando al suelo con cara de circunstancias
POLÍTICA

Oriol Junqueras impone su relato en la guerra interna en ERC

La estrategia del exvicepresente del Govern para volver a presidir ERC obliga a sus rivales internos a ir a remolque

Oriol Junqueras está haciendo algo al alcance de muy pocos. Hacer creer a todo el mundo que él no tiene ninguna responsabilidad en las principales decisiones polémicas que tomó el partido que él ha presidido en los últimos 13 años. Y, lo más fascinante de todo, es que parece que le está funcionando.

En los últimos días, Junqueras se ha desmarcado de la decisión de ERC de investir a Salvador Illa. Durante la consulta interna para votar ‘sí’ o ‘no’ al pacto con el PSC, el exvicepresidente del Govern apenas se pronunció. Solamente hizo un tuit equidistante en el que no se mojaba. Ahora asegura que “yo ya dije que había muchas razones para votar que no”. Sin embargo, realmente solo dijo que entendía “las dudas expresadas por compañeros”.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, interviene durante un mitin de su partido, en el Teatre Sagarra, a 30 de abril de 2024, en Santa Coloma de Gramanet, Barcelona, Catalunya (España)

También se ha desmarcado de la estructura paralela que había en el partido para difamar a rivales políticos y crear ataques de falsa bandera. En entrevistas recientes ha dejado claro que él no sabía nada de la llamada ‘La B’. Es más, no ha dudado en disparar con bala contra sus compañeros de dirección de partido, advirtiendo que habrá una purga para depurar responsabilidades. Unas responsabilidades de las que no se da por aludido, a pesar de ser entonces el presidente de la formación.

La táctica de Junqueras es clara: acusar a los roviristas de las polémicas recientes que ha habido alrededor del partido y librarse de él de cualquier responsabilidad. Una estrategia que muchos ven como sinvergüenza, pero que le está sirviendo para ganar el relato en la guerra interna que mantiene con el sector de Marta Rovira.

Junqueras dispara y sus rivales internos van a remolque para intentar justificarse de las acusaciones. Tras las declaraciones del aspirante a presidir de nuevo ERC, el sector rovirista ha tenido que hacer una ronda por varios medios para intentar contrarrestar el relato de Junqueras. Marta Vilaret, por ejemplo, se vio obligada a pasearse por RAC1 o TV3 para desmentir las palabras del exvicepresidente de la Generalitat.

En definitiva, los roviristas han tenido que moverse para que Junqueras no imponga su verdad. Al hacerlo, han intentado no criticarle demasiado, pero, al fin y al cabo, han ido a librar la batalla en el terreno que precisamente quería el expresidente de la formación. En otras palabras, Junqueras ha puesto el tema en el centro del debate interno. Y los otros han tenido que correr para matizar y negar sus palabras.

En el imaginario de todos va calando la idea de que La B y las distintas decisiones polémicas de los últimos meses de ERC son culpa, básicamente, del sector de Marta Rovira. Algo normal, al final eran mayoritariamente los dirigentes del partido. Y Junqueras, aunque presidiera la formación, vende la idea de que no sabía nada, que estar en prisión le impedía enterarse de aquello, que había grupos de whatsapp a sus espaldas y que purgará a los culpables que han llevado al partido al declive actual.

Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, dándose la mano en un mitin político con gente de fondo

La incapacidad de sus rivales internos de plantarle cara también ayuda a Junqueras en esta carrera para hacerse con la dirección del partido. Pero, al fin y al cabo, aunque con un relato cuestionable, Junqueras impone el ritmo de debate en la guerra interna en ERC. Y cada vez cuenta con más apoyos internos para ser reelegido presidente de la formación el próximo noviembre. No son pocos los que dentro de Esquerra ya ven a Junqueras como el único capaz de “arreglar” el partido que él mismo ha presidido los últimos 13 años.

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