Slvador Illa en el acto de inicio de campaña
POLÍTICA

Salvador Illa se queda el centro político que nadie quiso en Cataluña

Los sectores económicos ven en un Govern de consenso con Salvador Illa la oportunidad de pasar página

La victoria de Salvador Illa es indisociable de la historia más reciente de Cataluña. El catalanismo que gobernó durante años dio lugar a una mutación extraña que conocemos como ‘procés’. El evidente fracaso de este proyecto ha dejado huérfano al tradicional pragmatismo catalán, que busca resultados y abrir espacios cuando sea posible.

Y si de recuperar el pragmatismo catalán se trata, el indicador más fiable de cómo está la situación son las maniobras de los sectores económicos. Lo sucedido ayer en el Cercle d’Economia deja claro que, ahora, Salvador Illa es el favorito para pasar página. Por omisión de los rivales, el centro en Cataluña se lo ha quedado Salvador Illa.

Bendición pública

Ya sean de un color u otro, las élites políticas y económicas catalanas apuestan por Illa. El buen ambiente de ayer en el Cercle d’Economia y la presencia de toda clase de figuras lo atestiguan. Desde el presidente del Cercle, Jaume Guardiola, dándole las gracias a Pere Aragonès hasta Jaume Giró, Artur Mas o Andreu Mas-Colell. El dinero no quiere que se repitan las elecciones o que el procesismo haga malabares.

Imagen de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont mirando cada una para un lado

Desde el principio, Illa ha evitado la confrontación, ha procurado quitarle importancia a sus cambios de opinión con la amnistía y ha pedido reencuentro. Lo relevante es que un discurso tan de mínimos no haya tenido competencia. Hay que tener presente que, en materia económica, por ejemplo, Junts no ha dejado de pedir multas para las empresas que se fueron en 2017.

Con estos mimbres, Puigdemont y su personalismo político no podían tener mucho recorrido. Y no solo entre unos sectores económicos que insisten en que las empresas volverán cuando haya estabilidad política, sino también entre un electorado procesista muy desengañado. Como ya se ha indicado en varias ocasiones, la victoria de Illa - o la derrota del independentismo - es indisociable del abstencionismo.

Un Govern de consenso

“Un gran cambio político”, así de claro ha sido Jaume Guardiola para referirse a los resultados del 12M. O lo que es lo mismo: aunque las mayorías parlamentarias sean precarias, el mensaje del Cercle es diáfano. Y este no es otro que bajar el volumen de la música nacionalista y volver a trabajar por una Cataluña de vanguardia.

Esto se traduce en la petición de que no se repitan las elecciones porque eso significaría que todavía se mantiene vivo el discurso procesista. Para enterrarlo definitivamente, el deseo del Cercle es que se conforme un Govern amplio, que recoja figuras de aquí y de allá y que tenga una tonalidad tecnocrática.

Primer plano de Salvador Illa en un acto de campaña del PSC para las Elecciones de Cataluña 2024

Illa, en definitiva, se deja querer, los Comuns están neutralizados por su propia mediocridad y ERC tiene que decidir qué quiere ser de mayor. Si Salvador Illa consigue ser investido, la elección de sus consejeros será un elemento muy revelador de hacia donde rema Cataluña. Y si no, también.

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