¿Por qué la mayoría de 'menas' acaban en Cataluña?

El debate sobre la acogida de ‘menas’ ha estallado en España en las últimas semanas. Canarias está colapsada y el Gobierno ha tenido que pedir ayuda a las comunidades para repartir por todo el estado a estos menores extranjeros no acompañados. En todo este debate, La Generalitat de Catalunya se ha visto atrapada entre su discurso buenista y la cruda realidad de darse cuenta de que los recursos no son infinitos y que la política del ‘queremos acoger’ tiene límites.

En este debate entre territorios, Cataluña se mostró contraria al reciente reparto de ‘menas’. El motivo es que los servicios asistenciales están saturados. Actualmente, Cataluña es la segunda comunidad que más menores extranjeros no acompañados atiende (unos 2.350), solamente superada por Canarias (unos 5.500). De hecho, este año se están batiendo todos los récords respecto a la llegada de 'menas' en Cataluña.

De hecho, la Generalitat ya ha pedido que Cataluña sea considerada zona tensionada, algo que solo sucede con Canarias, Ceuta y Melilla. A diferencia de estos tres territorios, Cataluña no es un puerto de entrada de inmigración ilegal. Por lo tanto, ¿por qué la mayoría de ‘menas’ acaban en Cataluña si las costas catalanas no son puertos de entrada de este tipo de inmigración ilegal? 

Hay un mantra dentro de una parte del independentismo que asegura es el Estado quién destina expresamente a Cataluña estos jóvenes por motivos demográficos y culturales. Lógicamente, no hay evidencias de ello. Sin embargo, sí que hay evidencias de un factor que explicaría por qué la mayoría de ‘menas’ acaban en Cataluña una vez llegan a España. Y este factor no es otro que las políticas proinmigracionistas del Govern de la Generalitat que generan un innegable efecto llamada.

El efecto llamada de la Generalitat de Cataluña

En total, la DGAIA (Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia) acoge actualmente a casi 7.000 adolescentes. Sin embargo, solo unos 2.350 son ‘menas’. El resto (más de 4.000) han cumplido ya los 18 años, pero siguen recibiendo prestaciones por parte de la Generalitat a pesar de haber cumplido la mayoría de edad.

Cataluña es de las pocas comunidades en las que sucede esto: la Generalitat no solo se hace cargo de ellos cuando son menores de edad, sino que la ayuda se extiende hasta que tienen 23 años. Algo que puede explicar la diferencia entre los ‘menas’ que atiende Cataluña y el resto de comunidades autónomas. Los jóvenes atendidos por el Govern reciben una prestación de 755,82 euros mensuales que salen directamente de las arcas públicas.

Cada año, la Generalitat destina más de 100 millones de euros a la acogida de ‘menas’. Así lo admitió una vez en una entrevista el consejero de Derechos Sociales, Carles Campuzano. Eso sí, nunca se ha sabido con exactitud cuál es el coste total de convertir a Cataluña, con estas políticas proinmigracionistas, en el paraíso de la acogida de ‘menas’ de toda España.

El perfil del ‘mena’ en Cataluña

Según datos de la Generalitat, más de la mitad de los jóvenes que atiende a la DGAIA son de nacionalidad marroquí (51%). Un 35.6% vienen de países subsaharianos, mientras que el 6,9% son de otros países del Magreb sin contar Marruecos. Solamente el 6,4% viene de otras partes del mundo.

Por sexo, solamente un 4,1% de los adolescentes acogidos por la Generalitat son chicas, mientras que el 95,2% son chicos. De todos ellos, la mayoría tiene 19 años o más (45,3%), un 19,9% tiene 18 años, un 21,8% tiene 17 años y un 9,3% tiene 16 años. Los menores de 16 años representan solo el 3,7% del total de jóvenes inmigrantes tutelados por el Govern.