Denuncias, protestas, multas y cordones sanitarios: publicidad gratis a Sílvia Orriols
La política catalana ha cometido todos los errores estratégicos posibles contra Sílvia Orriols y Aliança Catalana
¿Desde cuándo le interesa tanto Ripoll al establishment catalán? Porque casi de la noche a la mañana hemos pasado de saber que en Ripoll había un monasterio a saber que en Ripoll había una nueva voz política. Y, como ya advirtió Alejandro Fernández, “tiene carisma” y lo inteligente es afrontarla “de cara” y desde el atril.
Es cierto que la política catalana no se ha caracterizado durante los últimos años por un profundo sentido de la estrategia. Pero, en el caso del surgimiento de partidos nacionalpopulistas, la política catalana tenía el precedente de prácticamente toda Europa. Aun así, tanto partidos como medios oficialistas han optado por la estrategia de la publicidad inversa.
Esta estrategia se caracteriza por dos cosas. La primera es una movilización partidista general y muy excitada contra el nuevo partido. La segunda es que esta movilización es manifiestamente desproporcionada a la influencia real del partido en cuestión. Y es que, en el caso de Aliança Catalana, se hacen cordones sanitarios y “pactos antifascistas” contra una formación que tiene dos diputadas, y a una de las cuales, Rosa Maria Soberana, casi no se le ha oído ni la voz.
No pienses en un elefante rosa
Como resulta evidente, esta sobredimensión mediática contra Aliança Catalana forma parte de la estrategia electoral de las formaciones de izquierdas. Durante la campaña del 12M, por ejemplo, ERC puso a Orriols en el centro cuando ni tan siquiera tenía representación. Esto se puede comparar con el silencio mediático (verdaderamente disolvente) que se aplicó sobre Alhora, el partido de Graupera y Ponsatí.
A partir de aquí, todo fue un reguero de acciones y actitudes que lo único que hacían era disparar a Orriols.
Ahí está, por ejemplo, la multa de 10.001 euros que le aplicó la exconsejera Verge por haber dicho que “el islam es incompatible con los valores occidentales”. Esto mismo lo podría decir Vox o incluso algunas figuras del PP, pero no se actuaría de la misma manera. El motivo es que AC surge desde el interior del propio negociado político del nacionalismo catalán.
O también está el caso de los empadronamientos en Ripoll, que han movilizado a sectores muy importantes del poder mediático en Cataluña cuando antes le habían prestado a Ripoll una atención localista o folclórica. Además, y en el caso particular de Ripoll, llama la atención la impericia estratégica de los poderes fácticos, tanto políticos como mediáticos.
Hay que tener en mente que i) en Ripoll, Orriols ha ido obteniendo apoyos hasta ganar las elecciones, ii) también en Ripoll, todavía digieren el trauma de los atentados del 17-A.
Hubo una época - cuando Orriols no era ni conocida - en que la prensa hacía portadas con citas del líder islamista de Ripoll haciendo llamadas a la yihad. Por otro lado, el primer homenaje oficial a las víctimas por parte del Ayuntamiento - en el que participó incluso cuerpos policiales - no fue hasta que Orriols llegó a alcaldesa. Así mismo, hubo que esperar cinco años para que el Ayuntamiento aprobara en pleno declarar personas no gratas a los terroristas que todavía están vivos.
Es decir, el establishment político ha cometido un error tan elemental como no caer en la cuenta de que la política municipal tiene leyes propias e intransferibles. Aunque el caso de máxima impericia estratégica con Orriols lo vimos la semana pasada, cuando diferentes grupos de izquierda, afines a la CUP, fueron a protestar hasta el único feudo electoral que tiene Orriols en toda Cataluña. Es decir, se dio la situación de un partido político que consiguió un testimonial 3,84% de los votos yendo a vandalizar la sede del partido ganador de las elecciones.
Junts y el cordón sanitario: igual eres tú que quedas fuera
Por otro lado, el cordón sanitario no tiene ninguna utilidad en un contexto de polarización como este. Además de figuras como Alejandro Fernández, esto también lo ha explicado Xavier Torrens, profesor de la UB, que ha adquirido bastante notoriedad por escribir un libro sobre el fenómeno de Orriols. El profesor Torrens calificó de “inoperante” el cordón sanitario e insistió en que la solución son “políticas públicas con impacto social que aborden seriamente la política migratoria y la inseguridad”.
Es por esto que no sorprende que el primer partido en pedir un replanteamiento del cordón sanitario a AC haya sido Junts. En el último debate de política general, a Aliança Catalana le bastó con presentar la propuesta de reactivar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) para retratar a Junts, que se tuvo que abstener. Es decir, dos diputadas consiguieron con una propuesta puramente ideológica desestabilizar un cordón sanitario de 107 diputados.
Lo que las estructuras de poder no parecen advertir es que discursos como el de Aliança Catalana se construyen deliberadamente a la contra del establishment. Esto es lo que explica que AC tenga insospechadas conexiones con alguien como Javier Milei. Han sido ya varias las figuras de AC las que han defendido con vehemencia poner fin a las subvenciones a la prensa e incluso a los propios partidos políticos. Es decir, que Aliança Catalana habla un idioma propio.
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