Se disparan los homicidios en Cataluña: un problema al alza

Opacidad en la información

Los datos no son oficiales, pero se especula con que el número de homicidios de 2023 habría sido de récord. Tal y como recoge ElCaso, la cifra de asesinatos en Cataluña rondaría los 70, 25 más que el 2022.  Por lo que parece, muchos están relacionados con el tráfico de drogas.

Por el momento, no se puede precisar más: la opacidad del Departamento de Interior es notable. Incluso en casos resueltos, se desconoce por ejemplo la nacionalidad o el arma homicida. Dada la política de seguridad que ha adoptado el Govern, no parece que vayamos a ver un cambio en el análisis por su parte.

Por otro lado, mientras que no haya datos que lo corroboren o lo desmientan, el vínculo entre inmigración irregular e inseguridad continuará circulando. Aunque sea a nivel estatal, los datos del Ministerio de Igualdad muestran que los extranjeros cometen en proporción el triple de feminicidios.

Así mismo, los datos del Departamento de Justicia confirman que los presos extranjeros ya son mayoría en las cárceles catalanas. Recientemente, hemos visto a los funcionarios de prisiones pedir la dimisión de la consejera Ubasart. Protestan por el aumento de agresiones de los presos hacia los trabajadores.

El debate político

El consejero Elena insiste en que Cataluña “es un país seguro a pesar de extrema derecha”. Pero más allá de la inseguridad o de la percepción de inseguridad, el tema ha pasado de la calle a los partidos. De hecho, lo más seguro es que cobre protagonismo: tiene aspecto de convertirse en la línea de separación entre los partidos.

Los de Puigdemont están en el proceso de volver a ser un partido de orden en todos los terrenos. Desde su estandarización política hasta su cambio de orientación con la cuestión de la inmigración y la inseguridad. En Madrid, por ejemplo, ya piden cambios en el código penal para endurecerlo.

Por su parte, ERC habla de que se trata de percepciones manoseadas por la derecha y la extrema derecha. Los republicanos no tardaron en avisar a Junts de que se acercaban a “posturas de extrema derecha” con el apoyo que dieron a sus alcaldes en el Maresme.

Finalmente, la CUP se mantiene en su postura de hablar del modelo de convivencia y de integración. Hablan de que, con su cambio de orientación, lo que le molesta a Junts es que la multiculturalidad represente una “disputa a la catalanidad”. Aunque lo más probable es que, lo que quiera disputar Junts, sean los votos que se le van a la derecha identitaria de Aliança Catalana.