AC continúa con su 'pressing' de fondo contra Junts: 'Defienden su trozo de pastel'
Junts le está ganando la guerra a ERC, pero con Aliança Catalana puede tener un problema a largo plazo
Mientras la política española se consume en polémicas y escándalos y el PSC capitaliza el fin de la década procesista, Aliança Catalana libra su particular guerra con Junts. Esta es una las líneas más interesantes que tiene abiertas la política catalana. Y aunque todavía sea una guerra más bien discreta, en E-Notícies ya venimos diciendo que Junts es consciente de esta situación y ha empezado a maniobrar.
Algunos de los ejemplos más claros fueron el endurecimiento del discurso juntaire en inmigración o reparto de ‘menas’. Y es que, al final y al cabo, una parte muy destacada del electorado de AC proviene de Junts. Más en particular, es la cuota del procesismo de derechas desengañado con la situación migratoria y la gestión de Puigdemont durante el 2017. Y desde que se perdió la mayoría indepe, esta competencia política entre ambas formaciones no puede más que avanzar.
Con el fin del control institucional de la Generalitat, el procesismo se ha quebrado definitivamente y solo le queda competir entre sí por los restos de poder. La guerra de nunca acabar entre Junts y ERC - que ahora se ha trasladado a Madrid - es el ejemplo más evidente de esta situación. La diferencia está en que ahora se ha añadido un nuevo actor que surge desde el propio espacio catalanista: Aliança Catalana.
Junts, en la diana
Por el momento, Junts le gana esta partida a ERC, pero con Aliança Catalana tiene un coágulo de difícil digestión. El motivo es que desde AC le pueden reprochar a Junts que ‘de facto’ es un actor de la vida política española. Además, el férreo unilateralismo de AC conduce a que este discurso anti-Junts le salga gratis. Esto explica que los dardos de Orriols a Junts sean más o menos constantes.
En esta ocasión, por ejemplo, la líder de AC denuncia que Junts no les deja tener paradas informativas en sus municipios. Y recordando el cordón sanitario en el Parlament, esto le permite a Orriols decir que Junts está al servicio del PSOE. “Junts no defiende a los catalanes ni a Cataluña, defiende su trozo de pastel”, dice Orriols:
Por su lado, Junts ha optado por la clásica estrategia de apuntarse al cordón sanitario que la izquierda organiza contra un partido que, en el caso de AC, representa el discurso de Junts llevado a las últimas consecuencias.
Esto conduce a la formación del expresidente Puigdemont a una situación que se le puede volver en su contra. Hace unas semanas ya tuvimos un ejemplo, cuando Junts se abstuvo en una moción de AC sobre la independencia de Cataluña y que en realidad tenía un recorrido político nulo.
Esta estrategia de AC también explica que Orriols capitalice al máximo sus conflictos con el presidente Rull. O también con algunas de las iniciativas parlamentarias a las que se suma Junts, como es la de promocionar el árabe en las escuelas catalanas.
En definitiva, Orriols y su equipo tienen el flanco de Junts desprotegido. Además de los posicionamientos identitarios muy cerrados en torno al catalanismo, AC puede usar a voluntad la crítica antiprocesista. La duda es si esto le permitirá penetrar aún más en el electorado de Junts y en el abstencionismo, que es el gran caladero electoral del nacionalismo catalán.
Más noticias: