La importancia de una foto: Salvador Illa capitaliza otro error básico del procesismo
Junts y ERC han sido rehenes de sus propios errores con las grandes empresas de Cataluña
El independentismo se la tenía jurada a Fainé; el problema es que no podían con él. Cuando, en 2017, el procés inició un viaje político sin retorno, el ilustre banquero hizo toque de corneta y, detrás de él, huyeron de Cataluña un número muy destacado de grandes empresas.
Desde entonces, las élites políticas procesistas han puesto la mano con la Fundación, pero no la cara. Y es que, entre las muchas y discretas esferas de poder que tiene Fainé, una de ellas es la Fundación La Caixa, que despliega una enorme obra social con los beneficios financieros de Criteria.
Hablamos de una de las mayores fundaciones privadas del mundo y que, entre otras cosas, financia una parte indispensable de la investigación científica en Cataluña. Se trata de una cuestión esencial porque, además de los avances científicos, los grandes centros de investigación dan prestigio a una ciudad. En 2025, por ejemplo, se abrirá en Barcelona un centro de investigación en inmunología que ha financiado la Fundación.
Ahora bien, a pesar de que la Fundación pone anualmente alrededor de 200 millones de euros en obra social, los gobiernos procesistas han evitado hacerse la foto. Desde Artur Mas, todos los presidentes han aceptado el dinero, pero no la foto con Fainé. Se trata, pues, de un caso evidente de incapacidad del procesismo para digerir sus propias contradicciones políticas.
Como mucho, podían hacer como Puigdemont, que despachaba con Sánchez Llibre y no con Fainé. Pero el caso es que no se puede hacer política en Cataluña obviando a las grandes empresas en general y a la Caixa en particular. Esto explica que el expresidente Aragonès, que tampoco se hacía la foto, se dejara caer con discreción por las "torres negras" de la Diagonal.
Este enorme fallo de cálculo del procesismo con las grandes empresas dejó un enorme vacío institucional que, como en muchas otras áreas, Salvador Illa se ha encontrado sin competencia. Como se viene explicando en E-Notícies, Illa se ha esforzado para rehacer las buenas relaciones con las élites económicas, algo a lo que estas élites han correspondido. Y máxime cuando Junts todavía tontea con multas a las empresas que huyeron.
Discreción Illa, discreción Fainé
Todo este proyecto de normalización con los empresarios solo podía culminarse con una foto con Fainé por motivos obvios. Además de los ingentes recursos de la Fundación (más de 5.000 millones invertidos) Criteria Caixa ya desafía a BlackRock como el primer accionista del IBEX 35. Todo ello al margen de la trascendencia del banco como entidad financiera en sí misma.
A pesar de que esto solo pueden ser especulaciones porque la discreción de estos sectores es vaticana, no es descabellado pensar que Salvador Illa trabaja para traer de vuelta a las empresas, empezando por todo el entramado Caixa. De hacerse realidad, esto sería un todo golpe para el procesismo, que después de 2017 se convirtió en rehén de sus propios errores.
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