Pablo Iglesias hablando delante de un micrófono con cara de enfadado y con la mano derecha ligeramente levantada
POLÍTICA

El procesismo sueña con ‘el retorno’ de Podemos

Ni el fin de la mayoría ‘indepe’ ni la trampa de la amnistía sirven para que el procesismo baje a la realidad

La política española es lo suficientemente sofisticada como para que haya fenómenos contradictorios y alianzas imposibles.

Uno de estos fenómenos contradictorios es, por ejemplo, que el Congreso aloja habitualmente a toda clase de figuras que dicen estar allí para no estar en el Congreso. Por su parte, el ejemplo más claro de alianzas imposibles es el conocido como ‘Frankenstein’, que ha llevado al límite la mezcla de aritmética parlamentaria y partitocracias autonómicas.

Y ahora, gracias al último editorial de Vicent Partal en VilaWeb, empieza a despuntar en el horizonte una nueva alianza. En este caso, una pintoresca amistad entre Podemos y Junts. Dada la evidente imposibilidad de unir dos ideologías de esta naturaleza, el origen de esta alianza está en que ambos trabajan para desestabilizar al Estado de alguna u otra manera.

Primer plano de Pablo Iglesias mirando al horizonte con cara seria

Objetivo: PSOE

Con el sugerente título de El retorno de Podemos, segundo aviso al régimen, Partal teoriza que Puigdemont y Belarra son las “dos impugnaciones serias al régimen del 78”. Se suman así más opositores al régimen desde el régimen. Para Partal, el 15-M y el independentismo catalán comparten la misma agenda operativa contra el PSOE.

En última instancia, la idea de Partal es que el PSOE es la contrafigura del PP dentro del núcleo del Estado. Es decir, que son lo mismo. “El PSOE es el corazón del régimen y, por lo tanto, no puede – ni podrá nunca – satisfacer demandas que desborden el régimen y que exijan la ruptura con el franquismo evolucionado”, dice Partal.

Un grupo de personas aplaude en un evento formal en un edificio con columnas y decoración clásica.

Y aquello que, en teoría, compartirían Junts y Podemos es que son los dos únicos partidos que no se dejan pastorear por el PSOE.

En el caso de Podemos la tesis es más verosímil, pero en el caso de Junts es sencillamente insostenible. Si algo es evidente es que Junts presenta una fachada muy dura con Sánchez para disimular el hecho de que lo mantienen en Moncloa, que es lo verdaderamente fundamental.

Turbulencias de diseño

Como suele ser habitual, la conclusión de Partal es de grandes dimensiones y muy alejada de la realidad más inmediata. Que vuelva Podemos y que Junts mantenga su perfil maximalista equivale, a juicio de Partal, “a un certificado, si no de defunción, al menos de enfermedad muy grave del régimen”.

Lo que el procesismo no parece entender de ninguna de las maneras es que el ‘sanchismo’ (que es de lo que habla Partal) es otra mutación del “régimen del 78” para dotarse de estabilidad a sí mismo. Los resultados están a la vista.

Podemos fue desactivado y el procesismo también. Hasta el punto de que Puigdemont está encadenado a la ley de amnistía con la que el “régimen del 78” le ha domesticado.

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