Pablo Iglesias quiere ser el nuevo Carles Puigdemont
Una vez que Sumar ha entrado en una decadencia irreversible, Podemos retoma su estrategia de condicionar al PSOE
Los factores que explican la actual situación de Podemos son muchos y muy variados, pero se pueden destacar tres. Que Sumar es un proyecto que nació muerto, que Podemos apostó por una posición minoritaria (pero fuerte) y que Sánchez depende de ‘Frankenstein’. Sobre esto último, hay que recordar varias cosas importantes.
En un primer momento - cuando Sánchez todavía era oposición de Rajoy - la intención de Sánchez no era ni mucho menos pactar con todos los partidos minoritarios. Era aquella época en la que Albert Rivera firmó un pacto de investidura con Sánchez, pero que también necesitaba a Podemos. Ante la imposibilidad aritmética de sacar esto adelante, Sánchez cedió a la estrategia de Iglesias de pactar con todos los partidos nacionalistas.
El objetivo de esta estrategia era levantar un “muro” con la derecha, de tal manera que el PP nunca podría gobernar. Su connivencia con Vox no le permitía sacar buenos resultados en Cataluña, País Vasco y Navarra.
Por su parte, la intención escondida de Iglesias era aprovechar esta situación para poder determinar a un PSOE siempre en minoría. Porque ya se sabe que los gobiernos en minoría tienden a parecerse al partido más maximalista que le influencia. El problema es que el PSOE se defendió y promocionó a Yolanda Díaz, que no dudó en apuñalar a Iglesias a cambio de estar una temporada en el poder.
Iglesias retoma la iniciativa
Ante esta nueva circunstancia, Iglesias decidió quemar todos los puentes con Díaz, quedarse fuera del Gobierno y empezar una estrategia de acoso y derribo contra Sumar. Como se explicó en E-Notícies durante las crónicas de las elecciones gallegas, vascas, catalanas y europeas, la campaña electoral de Podemos se redujo a bombardear a Sumar. Y les ha salido objetivamente bien porque hacía mucho tiempo que un partido no acumulaba tantos fracasos en tan poco tiempo.
Pero una vez desactivado Sumar - que en sí mismo es un partido que no puede funcionar -, Iglesias puede continuar con su estrategia de condicionar a Sánchez. Para ilustrar su postura, Iglesias lo ha comparado con la situación de Junts y Puigdemont. “En este país hay una ley de amnistía, exclusivamente porque Pedro Sánchez necesitaba los votos de Junts”. Así se ha expresado Iglesias en la clausura de la universidad de otoño de Podemos.
La realpolitik de Podemos
Asistimos al Pablo Iglesias clásicamente realista, que asume que lo prioritario de la política es el poder. “Claro que quiero acumular poder, porque solo teniendo poder podremos lograr lo que logró Junts con la amnistía. Lo importante es que Ione Belarra tiene cuatro votos, lo tiene que entender todo el mundo”.
Y para darle recorrido mediático a este nuevo momento de su estrategia, Iglesias asegura que Podemos tumbará a Sánchez si no rompe relaciones con Israel y regula el mercado de la vivienda. Es decir, que es una doble jugada. Por una parte, consigue visibilizar su nuevo momento y, por otra parte, deja inutilizada a Yolanda Díaz, que ya está dentro del Gobierno.
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