El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV Legislatura, en el Congreso de los Diputados, a 29 de noviembre de 2023, en Madrid
POLÍTICA

El pacto Junts-PSOE genera una guerra interna en Frankenstein

Como un movimiento sísmico, el traspaso de la inmigración de Junts se deja notar a varios niveles: desde el PNV hasta Sumar y pasando por ERC.

El Gobierno de coalición y la mayoría de investidura tienen muchas capas y por alguna tiene que salir el agua. Desde formaciones que intentan ser identitarias por motivos electorales hasta sectores de la izquierda ‘woke’. Hay muchas ideologías con sus correspondientes intereses partidistas: ahora, la cuestión migratoria abre otra previsible guerra.

Mucha gente y muy apretada

La cadera de Pedro Sánchez no da abasto. Podrá ser un buen malabarista, pero a su gobierno le ocurre lo que a todos los sistemas complejos: tocas una cosa y afectas a otra. La estabilidad se convierte así en una ocurrencia.

Una de las cosas que tapó la amnistía y toda la mitología que rodea a Puigdemont es que Junts es más parecido al PP que a Sumar. Ideológicamente. Con ERC, comparte la zanahoria permanente de la independencia y no mucho más: caladeros de pesca a lo sumo.

Este panorama de incompatibilidades ideológicas entre las diversas partitocracias ha sido lo que, como un géiser silencioso, ha explotado ahora. El PSOE - que por simetría contra el PP tiene que ser de izquierdas - rebaja con agua el destilado que ha pedido Junts. La vicepresidenta Montero dijo ayer que todavía hay que redactar la ley y que ya veremos.

La derecha identitaria catalana no parecía esperarse que Junts hiciera esta maniobra y se metiera en su terreno. Orriols salió ayer a decir lo que se le ocurrió: que delegaran las competencias de inmigración en los ayuntamientos. Para no perder el monopolio sobre la cuestión migratoria, es probable que Aliança responda diciendo que esto es otra trampa en la que ha caído Junts.

ERC sale y Sumar se esconde

Después están los que, esencias mediantes, no tienen maniobra posible para justificar lo sucedido. Primero, ERC, derrotada de la jornada y con la obligación abstracta de ser de izquierdas y, por ende, decir cosas como las que dice Junqueras:

Por ahora, los republicanos se ponen a cubierto y dicen que esto, al tratarse de competencias, se tiene que negociar con la Generalitat. O sea, con Aragonès, o sea, con ERC. Lo dijimos en E-Notícies: el combo inseguridad-inmigración será lo más demandada en la temporada 2024 y cada partido ya ha decidido un discurso. A todo esto, el PNV ha oído la música de las concesiones y quiere salir a bailar: lehendakari ya ha pedido también la inmigración.

Finalmente, está Sumar, que por diferido empieza a entender la jugada de Podemos. Aunque en el dominó quede un poco lejos, Sumar se ha relacionado con Aliança Catalana. Con su visto bueno, han cerrado la puerta de su arsenal favorito y han tirado la llave: ya no podrán hablar de racismo, xenofobia y, sobre todo, extrema derecha.

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