Hablemos de la inseguridad
Esperamos que el 2024 sea, por fin, el año en que se aborde el tema de la inseguridad sin tratar a la gente como si fueran niños pequeños
La inseguridad preocupa cada vez más a la población. Los datos muestran un aumento de los hechos delictivos, especialmente los relacionados con las agresiones sexuales y también en los homicidios. Sin embargo, el buenismo imperante en una parte destacada de nuestra clase política sigue sin querer abordar esta problemática.
La solución que proponen algunos partidos -y sus altavoces mediáticos subvencionados- es la de tachar de xenófobos o de extrema derecha a quienes quieren poner esta cuestión encima de la mesa. Discursos como los de ERC, la CUP o los Comunes -el Triángulo de las Bermudas del wokismo catalán- son muy cómodos a la hora de (no) tratar un problema creciente que, además, afecta principalmente a la clase trabajadora que tanto dicen defender.
Ha llegado el momento de que, de una vez por todas, se afronte esta situación como sociedad madura que somos (o que deberíamos ser). Entiendo que utilizar el comodín de la extrema derecha para culpar a alguien de tu incapacidad de afrontar ciertas cuestiones espinosas puede ser una salida fácil, pero no sirve para encontrar soluciones. De la misma manera que de nada sirve limitar las soluciones a la reducción de la pobreza o al reclamo de más educación, que al fin y al cabo son soluciones a medio-largo plazo. Y la inseguridad es un problema que ya tenemos encima y que no puede esperar a recetas mágicas que, en el mejor de los casos, veríamos sus frutos dentro de una o dos generaciones.
Porque, al final, se trata de solucionar los problemas de la gente. Y la inseguridad es uno de ellos. Uno de los principales, de hecho. Basta de equilibrios discursivos. Y más cuando las palabras y los hechos van por caminos diferentes, como ha demostrado en más de una ocasión el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena.
El primer paso para solucionar un problema es hablar de él abiertamente y sin tachar de extrema derecha a quien lo propone para evitar así el debate. Esperamos que el 2024 sea, por fin, el año en que se aborde el tema de la inseguridad sin tratar a la gente como si fueran niños pequeños, diciéndoles que su percepción no se ajusta a la realidad y que, si la tienen, es culpa de la extrema derecha y de las redes sociales (aunque los datos corroboren que la delincuencia en Cataluña ha aumentado).
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