La guerra en ERC es más grave de lo que parecía: la surrealista realidad del partido
Nuevas informaciones evidencian que la formación republicana está completamente rota
ERC tiene una capacidad que pocos partidos tienen. Cuando todo indicaba que la situación interna no podía ir a peor, aparecen nuevas informaciones que evidencian que la guerra dentro de la formación republicana es más grave de lo que parecía. De hecho, la realidad en Esquerra llega al surrealismo y parece incluso de película.
La batalla entre el sector de Oriol Junqueras y el de Marta Rovira por hacerse con el control del partido está subiendo de tono. Y de qué manera. Primero vino el manifiesto antijunquerista impulsado por el sector rovirista y firmado por casi 1.000 dirigentes y exdirigentes afines a la secretaria general de la formación. Después, la publicación de una estructura paralela dentro de ERC para difamar rivales políticos (también internos, como el caso de la campaña contra Ernest Maragall ideada dentro del partido). Y, finalmente, las duras acusaciones de Sergi Sabrià (señalado por la polémica de los carteles contra Maragall) a Oriol Junqueras.
Ahora, hay que sumarle otra información publicada por RAC1, Ràdio 4 y la ACN. Una información que bebe de fuentes de los dos sectores y que, por lo tanto, evidencia no solo que el partido está completamente roto, sino que los dos sectores enfrentados ya no se esconden a la hora de atacar públicamente a su respectivo rival. Vamos, a que a ninguno de los dos le importa ya que se aireen los problemas internos de la formación.
Según estos medios, la cúpula de ERC lleva completamente rota desde el año 2018. Como la inmensa mayoría de partidos, estos se organizan en varios órganos de decisión. En el caso de los republicanos, eran los órganos ejecutivos y la permanente. Pues bien, el sector de Marta Rovira lleva tiempo haciendo estas reuniones de forma paralela a escondidas de Oriol Junqueras, entonces presidente de la formación.
Estas reuniones se celebraban los viernes y, si no convocaban al presidente, era porque consideraban que Junqueras estaba haciendo "dejadez de funciones". Hay que tener en cuenta que Junqueras estuvo en prisión entre 2018 y 2021, por lo que muchos han considerado de mal gusto acusarle de dejadez de funciones. En estas reuniones tampoco asistían otros miembros de la dirección cercanos al exvicepresidente del Govern como es el caso de Pau Morales, secretario de organización del partido.
El sector rovirista asegura que Junqueras no estaba invitado a estar reuniones, pero que tampoco se hacían a escondidas. De ahí la acusación de "dejadez de funciones" a Junqueras. En cambio, los junqueristas dejan claro que esto no es así, que Junqueras descubrió esta estructura paralela que había a sus espaldas y que nunca quisieron invitarle a ellas. Los afines al exvicepresidente del Govern tienen claro que el objetivo de estas reuniones era "mandar en el partido a la sombra" y arrinconar al entonces presidente de la formación.
La guerra Oriol Junqueras - Pere Aragonès
Uno de los puntos álgidos de la guerra entre los dos sectores se produce a partir del desastre electoral republicano en las municipales y generales del año pasado. A partir de esa fecha empiezan a sonar campanas de adelanto electoral en Cataluña y Oriol Junqueras quiere postularse como candidato de ERC en las autonómicas que finalmente se celebraron el 12 de mayo de 2024, ya que considera que él es el único que puede arreglar la mala situación electoral que vive el partido.
El sector rovirista, en cambio, cree que el candidato debía ser Pere Aragonès porque, de lo contrario, habría significado que el propio partido "deslegitimara la obra de Govern". El pulso interno para decidir el cabeza de cartel, que acaban ganando los roviristas, representa la ruptura definitiva de la cúpula de la formación. Una ruptura que sigue a día de hoy y que vivirá más capítulos hasta el congreso extraordinario que el partido celebrará el 30 de noviembre para decidir una nueva dirección.
Las nuevas informaciones publicadas dejan claro que los dos sectores están tan alejados y dispuestos a todo que a nadie le sorprenderá que en las próximas semanas aparezcan más noticias en forma de ataque entre un sector y otro. En este contexto, ERC debe decidir si investir a Salvador Illa y si entrar en el gobierno de Barcelona de Jaume Collboni. Además, el inminente regreso de Marta Rovira a Cataluña puede añadir más leña al fuego dentro de un partido roto que debe tomar decisiones vitales para su futuro, teniendo en cuenta que a día de hoy no está descartada una repetición electoral en Cataluña que sería desastrosa para los republicanos.
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