Sergi Sabrià anuncia su dimisión atacando a Oriol Junqueras

Sergi Sabrià se va. Pero se va ya. Uno de los hombres fuertes de ERC, que después del desastre electoral republicano del 12-M ya anunció que dejaría la primera línea política, ha adelantado su adiós tras la polémica sobre la campaña difamatoria contra Ernest Maragall que se impulsó desde dentro del partido.

Sabrià ha pedido a Pere Aragonès dejar el cargo de viceconsejero de Estrategia y Comunicació del Govern en funciones. Así, no se esperará a la confección de un nuevo gobierno en la Generalitat para irse a casa. Eso sí, en su adiós, ha decidido disparar con bala contra Oriol Junqueras. Algo que acentúa todavía más la guerra interna entre el sector 'junquerista' y el sector 'rovirista'.

Sergi Sabrià ha denunciado "acusaciones falsas" con el objetivo de "enfangar" de un sector interno del partido que, según él, quería apartarlo de la dirección de la formación. "Hay a quién no le importa el partido" y sí "la ambición personal", ha explicado. Y, en este sentido, ha señalado a los que hablan de "limpiar los trapos sucios en casa". Una mención indirecta a Oriol Junqueras, que utilizó esta misma expresión cuando apareció el manifiesto antijunquerista impulsado por el rovirismo.

El ya exviceconsejero de Estrategia y Comunicación del Govern ha querido dejar claro que "no aprobé nunca una campaña como la del Alzheimer". Afirma que "me tocó hacer de bombero y apagar el incendio que habían provocado otros" y que "yo no soy culpable de nada".

En su discurso, en el que no ha podido contener las lágrimas, ha mencionado y elogiado a Pere Aragonès, pero no a Oriol Junqueras. Sin embargo, también ha asegurado que, cuando conoció lo de la campaña contra Ernest Maragall, "lo puse en conocimiento de los responsables del partido". Otro dardo envenenado hacia Junqueras, que hace unos días aseguró que no tenía constancia nada de esta campaña vinculando a Maragall con el Alzheimer. En otras palabras, lo ha tachado de mentiroso.

De este modo, Sergi Sabrià se va. Y lo hace disparando con dureza contra Oriol Junqueras, a quién ha acusado -no explícitamente- de mentiroso, de tener demasiado "ambición personal" y de no importarle el partido. Algo que solo hace que aumentar la tensión dentro de una ERC en crisis tras los últimos batacazos electorales, la guerra interna y la polémica sobre la estructura paralela, llamada 'La B', que habría impulsado campañas difamatorias contra compañeros de partido como Ernest Maragall. 

Sergi Sabrià, clave en el último batacazo de ERC

Hablar de Sergi Sabrià es hablar de uno de los hombres fuertes de ERC en los últimos años. Empezó al lado de Oriol Junqueras y, poco a poco, se acercó al núcleo de Pere Aragonès. Él ha dirigido varias campañas electorales. Entre ellas, algunas de las más exitosas del partido, pero también la de las últimas catalanas en la Esquerra culminó su desastroso ciclo electoral. Tras perder centenares de miles de votos en las municipales y generales del año pasado, en 12 de mayo los republicanos perdieron 12 de sus 32 escaños a pesar de estar gobernando la Generalitat. Y todo, con Sabrià (y Oriol Duran) como director de campaña.

Sergi Sabrià ha ido cambiando sus funciones a lo largo de los últimos años dentro de ERC. Ha alternado una posición más discreta y alejada de los focos haciendo de fontanero del partido con posiciones más visibles. Por ejemplo, en la última reforma que Pere Aragonès hizo del Govern, Sabrià fue nombrado viceconsejero de Estrategia y Comunicación de la Generalitat. Un nombramiento que le permitió volver a aparecer en el foco mediático tras un tiempo en la sombra.

La figura de Sabrià siempre ha sido muy controvertida. Su actitud vehemente y agresiva, sobretodo contra sus rivales políticos (tanto el PSC como Junts), le han servido para meterse constantemente en polémicas. Incluso dentro del propio partido hay gente que no le guarda simpatía, precisamente. Un factor que explica, también, que haya sido uno de los principales señalados por la última polémica de ERC con los carteles difamatorios contra Ernest Maragall.