Montaje con un primer plano de Marta Rovira y Oriol Junqueras con un acto de ERC de fondo difuminado
POLÍTICA

Se agrava la crisis en ERC tras la polémica de los carteles de Ernest Maragall

La existencia de una estructura paralela en el partido para destruir rivales internos eleva el tono de la guerra en ERC

La guerra interna en ERC sube de tono. Y de qué manera. La polémica sobre la campaña de desprestigio contra Ernest Maragall impulsada desde dentro de la formación y ocultada por una parte de la cúpula republicana ha hecho estallar a un partido al que se le acumulan los problemas.

Ya no solo por el hecho de que algunos dirigentes intentaran tapar el escándalo de esta campaña contra uno de los suyos. Sino porque esta polémica ha destapado una trama dentro de ERC en el que había un sector que apostaba por la guerra sucia para desprestigiar a rivales internos. Se trata de una especie de estructura paralela, llamada ‘La B’, formada por varios dirigentes y que, además, utilizaban una empresa afín a Esquerra, llamada Relevance, para pagar facturas a los jóvenes militantes que se encargaban de este juego sucio contra rivales políticos.

Cartel con el texto

Todo ello ha provocado que la guerra interna en el partido liderado ahora por Marta Rovira esté llegando a una situación totalmente insostenible. Y todo esto se suma a los problemas ya conocidos que tiene ahora la cúpula de republicanos: el dilema sobre si investir a Salvador Illa, el de pactar con Jaume Collboni y la preparación de una candidatura para competir contra Oriol Junqueras en el congreso extraordinario que celebrará el partido el 30 de noviembre y en el que se decidirá la próxima dirección de la formación.

Se rompe el sector afín a Marta Rovira

Las informaciones publicadas ayer sobre la campaña contra Ernest Maragall y sobre la existencia de una estructura paralela para destruir a rivales políticos utilizando la guerra sucia ha dejado al sector rovirista en una situación delicada.

El sector liderado por Marta Rovira había vendido una aparente unidad en la cúpula del partido contra Oriol Junqueras. Fueron casi 1.000 los dirigentes y exdirigentes republicanos que se unieron en un frente común para pedir al exvicepresidente de la Generalitat que no optase a la reelección.

Plano medio de Sergi Sabrià hablando desde el atril del Parlament de Catalunya

Sin embargo, toda la trama destapada este lunes representa la ruptura de esta aparente unidad. Dirigentes como Jordi Orobitg (exdiputado en el Parlament), Miquel Pueyo (exalcalde de Lérida), Pau Ricomà (exalcalde de Tarragona) o Rafa Cuena (concejal en Manlleu), todos ellos firmantes del manifiesto ‘antijunqueras’ impulsado por el sector rovirista, estallaron ayer ante las informaciones publicadas, pidiendo depurar responsabilidades. ¿Responsabilidades a quién? Pues sin nombrarlos, parece claro que dos de los señalados son Sergi Sabrià  y Marc Colomer, responsables de comunicación del partido… y también firmantes de dicho manifiesto.


El sector Junqueras va con todo a la guerra

Mientras, el sector Junqueras no ha tardado tampoco en ir con todo hacia la guerra contra esta trama. Joan Tardà (exdiputado en el Congreso), Joan Coronas (concejal en el Ayuntamiento de Barcelona) o Jose Rodríguez ‘Trinitro’ (exdiputado en el Parlament) también alzaron su voz contra esta estructura paralela llamada ‘La B’.

Especialmente duro fue Joan Tardà, que aseguró que “a los militantes del Consejo Nacional nunca se nos informó” del caso y pidió a los responsables “decir por qué lo escondieron”, que se “depuren responsabilidades” y que “pidan perdón si quieren a ERC”. “Los militantes no merecemos pasar esta vergüenza”, afirmó tras tachar esta trama de “atentado contra nuestro partido”.

Imagen del líder de ERC Oriol Junqueras con cara de sorpresa

Mientras, Oriol Junqueras niega que él supiera nada sobre todos estos asuntos. “Como presidente de ERC hasta el pasado 10 de junio, no he tenido ninguna información sobre estas prácticas. Estoy sorprendido y decepcionado. Nunca he tenido conocimiento sobre los hechos que se han hecho públicos”, remarcaba el exlíder de los republicanos.

Sin embargo, la cúpula de Esquerra ha querido dejar claro que tanto Junqueras como Marta Rovira sí que sabían desde hacía tiempo todo lo que estaba sucediendo dentro de la formación. Fue Raquel Sans la que lo afirmó, una de las dirigentes destacadas del sector rovirista. En cualquier caso, la explosión de la polémica deja a Junqueras en una situación compleja: si conocía la trama, está mintiendo; y si no la conocía, queda en entredicho su función como presidente (ya que no sabía qué ocurría dentro de la formación que presidía).

Así pues, el panorama de ERC queda de lo más embarrado posible. Con el poder en sus manos para forzar o no nuevas elecciones, en pleno debate sobre si entrar o no en el gobierno de Barcelona de Jaume Collboni y con un próximo congreso extraordinario para decidir una nueva dirección en plena batalla interna, las puñaladas están a la orden del día en una Esquerra a la que se le acumulan los incendios.

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