Montaje con un primer plano de Anna Simó y uno de Pere Aragonès con caras de preocupación, el logo de la Fundació Bofill y de fondo una imagen difuminada del hemiciclo del Parlament de Cataluña
POLÍTICA

ERC hará un acto en la Fundació Bofill en plena polémica por la educación catalana

Mientras dure su infraestructura de poder social e institucional, los republicanos la aprovecharán

Sin duda, una de las noticias más preocupantes de la ya pasada legislatura fue el informe PISA. Los resultados no dieron (ni dan) mucho margen a la interpretación. Simplemente, el modelo educativo catalán no funciona.

Los alumnos catalanes se sitúan a la cola de España en matemáticas, comprensión lectora o ciencias. Hay que tener presente que, en el periodo que comprende entre 2012 y 2022, los alumnos catalanes han perdido un curso completo de matemáticas, casi dos de comprensión lectora y casi uno completo en ciencias. Esto explica que las familias ya hagan la guerra por su cuenta y pidan la vuelta a modelos que sí funcionan.

Como explicaron algunos de los propios expertos de PISA, la pandemia no fue la causa de este desastre, sino más bien un potenciador de una dinámica previa. La pregunta, entonces, es a qué obedece este sistema educativo que se ha demostrado fallido.

Como siempre, las causas son múltiples, pero una de las más destacadas y polémicas es el llamado “modelo educativo”. Es aquí cuando entra la Fundación Bofill y ERC por extensión.

La actividad de la Fundación Bofill

Muchos se enteraron de que el modelo educativo “por competencias” existía cuando se demostró que no funcionaba. Se trata de un modelo opuesto al más tradicional y que, más que los contenidos, privilegia el proceso de adquisición de esos contenidos. Como le reprochan muchos de sus críticos, este es un modelo pedagógico que no tiene en cuenta la realidad de los profesores ni del proceso de aprendizaje.

De hecho, si un sector ha sido muy crítico con este modelo ha sido el sector educativo. A través del sindicato aspepc, los profesores han cuestionado por activa y por pasiva el modelo educativo catalán y al que es uno de sus máximos impulsores: la Fundanción Bofill, uno de los habituales del ecosistema institucional de la Generalitat. En más de una ocasión, el sindicato aspepc ha explicado en su página web las dinámicas de poder de esta Fundación millonaria.

Se trata de un ‘think-tank’ privado - o sea, un lobby - muy cercano a ERC y que representa uno de los mayores ideólogos de este modelo educativo. La Fundación recibe jugosas subvenciones públicas y se desempeña como una puerta giratoria que conecta con la cúpula del Departamento de Educación.

Un acto por y para ERC

El descalabro de ERC y su subsiguiente pérdida de músculo económico e institucional no ha cesado las conexiones entre los republicanos y la Fundación Bofill.

La semana pasada, el profesor de la UPF, Lluís Pérez Lozano, informaba de que la Fundación Irla - otro satélite de ERC - organizaba un acto para el próximo día 27 en la Fundación Bofill y que contaría con la presencia de figuras de ERC como Tomàs Molina y Diana Riba.

El profesor Pérez Lozano es muy cercano a los republicanos y es el Director Académico de la Fundación Irla. Pérez Lozano fue uno de los que figuraban en el grupo de WhatsApp de periodistas y políticos que intentaban controlar el relato durante las protestas del Tsunami Democràtic.

El actual presidente de la Fundación Irla es Raül Romeva, que sustituyó Joan Manuel Treserras, exconsejero de Cultura y Medios de Comunicación y uno de los cerebros de ERC. Tal y como recoge al anuncio del acto, se hablará sobre “la crisis climática y el auge de la extrema derecha”. Es decir, a todos los efectos será un acto de consumo interno de los republicanos. 

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