La Fundació Bofill, ideóloga del caos educativo en Cataluña y que ERC sigue premiando
La comunidad educativa estalla contra el polémico 'grupo de expertos' que ha creado el Govern para corregir los malos resultados del informe PISA
El modelo educativo catalán se encuentra en el ojo del huracán. Tras varios años apostado por una educación por proyectos y competencias, permitiendo pasar de curso con asignaturas suspendidas y otros modelos innovadores, el último informe PISA ha representado un golpe de realidad a la educación en Cataluña. Este informe ha situado la escuela catalana a la cola de España y también de Europa, algo que ha hecho saltar todas las alarmas.
La Generalitat primero culpó a los inmigrantes para justificar los malos resultados. Posteriormente recogió cable y admitió que el problema era genérico y que había que cambiar cosas. Pero finalmente, la consellera Anna Simó optó por no hacer cambios inmediatos y defender parte del trabajo hecho por el Departament d’Ensenyament.
Mientras el Govern no se aclara, el debate sobre cómo debe ser la enseñanza en Cataluña ha estallado en la comunidad educativa. Una comunidad educativa que lleva años siendo crítica con el Departament y que, tras los resultados PISA, ha redoblado su presión a los mandos de la Conselleria.
El último movimiento de la Generalitat ha sido crear un “grupo de expertos” que ha generado mucha polémica. Y no solamente porque este “grupo de expertos” haya debutado con faltas de ortografía, sino por quiénes son sus integrantes.
Este “grupo de expertos” de la Generalitat está formado por 15 personas. Cinco de ellas están relacionadas con la polémica Fundació Bofill y tres más lo están con la Associació Rosa Sensat. Uno es Jesús Vinyas, actual presidente del Consell Escolar de Catalunya (un organismo adscrito al Departament d’Ensenyament), que será el coordinador técnico de este “grupo de expertos” y que tiene vínculos con estas dos entidades.
La Fundació Bofill, un sospechoso habitual
Con la creación de este “grupo de expertos”, el Govern de ERC ha decidido premiar a miembros de la Fundació Bofill -y otras organizaciones afines a ella como Rosa Sensat-. La Fundació Bofill es un ‘think tank’ privado centrado en el ámbito educativo y que muchos relacionan con el declive de la educación en Cataluña. Y es que la Bofill lleva años condicionando e incidiendo en la política educativa que se lleva a cabo en territorio catalán.
De hecho, el idilio entre la Conselleria d’Ensenyament y la Fundació Bofill es más que evidente. Sindicatos como Professors de Secundària y la CGT llevan tiempo denunciando la vinculación entre esta fundación privada y el Govern.
Denuncian 'puertas giratorias' entre Ensenyament y la Fundació Bofill
Varios miembros de la Conselleria d’Ensenyament han acabado formando parte de proyectos de la Bofill e incluso sus nombres figuran en la web de la Fundació, con su correspondiente correo electrónico corporativo. Uno es Francesc Colomé, exsecretario de Políticas Educativas; otro es Josep Francí, exdirector general de Enseñanzas Profesionales; y también está Xavier Farriols, exsubdirector general de Formación Profesional.
Además, también está el caso de Joan Cuevas. El que fuera Jefe de Proyectos de la Fundació Bofill durante más de tres años (2018-2021) trabaja ahora en el Departament d'Ensenyament, ejerciendo de director general de innovación, digitalización y currículum.
Más allá de lo que parte de la comunidad educativa no duda en calificar de “innegable caso de puertas giratorias”, en los últimos años la Fundació Bofill ha impulsado, junto a la Generalitat, decenas de proyectos en escuelas públicas catalanas. Equitat Digital, Mentora, Magnet o Lecxit son algunos de ellos. Aunque el más destacado fue Escola Nova 21.
Escola Nova 21 fue un proyecto creado por la Fundació Bofill en 2016, al que se sumó el Departament d’Ensenyament destinando recursos económicos y humanos varios. Escola Nova 21 nació con una “voluntad de cambio de paradigma educativo”, “respondiendo a la Agenda 2030” y que tenía como objetivo que los alumnos vivieran “experiencias de aprendizaje empoderadoras y relevantes que les permitan desarrollar su proyecto de vida con dignidad, sentido, bienestar y contribuir a retos colectivos”. El Consell Escolar de Cataluña ya admitió en 2020 que los resultados en los aproximadamente 500 colegios donde se aplicó el proyecto Escola Nova 21 no fueron mejores que en los colegios donde no se aplicó.
El director de Escola Nova 21 fue Eduard Vallory, exjefe de gabinete de Andreu Mas Colell cuando éste fue conseller de Universidades. Mientras se desarrollaba este proyecto, Vallory también impulsó varios programas por encargo de la Generalitat. Su vinculación con ERC parece de lo más evidente, ya que en 2019 apoyó públicamente al candidato de Esquerra a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall.
En este entramado del sistema educativo catalán -formado por el propio Departament, la Fundació Bofill y la Associació Rosa Sensat, entre otros- también hay que añadir Òmnium Cultural, entidad ideológicamente afín a ERC. Jordi Porta fue el director de la Fundació Bofill durante 30 años (1971-2001) y, un año después de dejar el cargo, presidió Òmnium hasta 2010. Lo relevó Muriel Casals, que venía de ser patrona y vicepresidenta de actividades de la Fundació Bofill durante varios años. Actualmente, la vicepresidenta segunda de Òmnium es Marina Gay, miembro de la Fundació Bofill y exdirectora de redes del proyecto Nova Escola 21.
Como señala el sindicato Professors de Secundària, “es razonable deducir” que este entramado formado por “un grupo de personas vinculadas al ámbito privado como es la Fundació Bofill y que tiene vínculos con las más altas instituciones catalanas, está diseñando y dirigiendo el discurso imperante en el entorno educativo y también las políticas educativas públicas” que se están llevando a cabo en Cataluña desde hace años. Y que son, al fin y al cabo, los que han llevado a la escuela catalana a obtener los peores resultados de la historia en el informe PISA.
Por eso, una parte importante de la comunidad educativa ha estallado al ver la lista que forman el “grupo de expertos” creado por el Departament d’Ensenyament. Denuncian que los que deben corregir las carencias del sistema educativo catalán no dejan de ser, en gran parte, personas vinculadas a la Fundació Bofill o la Associació Rosa Sensat, entidades que han estado moviendo los hilos en la escuela pública catalana en los últimos años.
La Associació Rosa Sensat, también señalada
La Associació Rosa Sensat es otra de las organizaciones que, junto a Fundació Bofill, está en el ojo del huracán por parte de la comunidad educativa. Como especifican en su web, la Rosa Sensat lleva tiempo involucrándose y participando en “varias iniciativas institucionales para la transformación educativa”. Además, recibe subvenciones de hasta tres consejerías de la Generalitat (Ensenyament, Presidencia y Cultura). Y, también como premio, tiene hasta tres representantes en el "grupo de expertos" creado por Anna Simó para corregir los malos resultados del informe PISA.
Un 'grupo de expertos' polémico, más allá de la Fundació Bofill y Rosa Sensat
Pero la polémica respecto a este "grupo de expertos" impulsado por Anna Simó va más allá de la Fundació Bofill y la Associació Rosa Sensat. El motivo es que en este "grupo de expertos" también encontramos a Joan Vila, que además de ejercer actualmente como director del colegio Pia Balmes, también es concejal de ERC en el municipio de Saldes, un hecho que también ha generado muchas críticas entre la comunidad educativa.
Así pues, el Departament d'Ensenyament vuelve a dejar el futuro de la educación catalana en manos de una fundación privada como es la Bofill, que junto a entidades como la Rosa Sensat, forman un entramado del que, en muchas ocasiones, cuesta identificar las fronteras que separan unos actores de los otros. Y que, además, són los principales responsables del caos educativo que vive actualmente Cataluña.
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