
Los Comuns se agarran a Ada Colau: su estrategia para volver en 2027
Colau hizo una retirada estratégica en la Fundación Sentit Comú para relanzar su carrera por el Ayuntamiento
Si Ada Colau no manda en los Comuns, por lo menos lo parece. Retirada en la Fundación Sentit Comú (el think-tank del partido), Colau en teoría se había retirado de la política municipal. Pero nada más lejos de la realidad, y menos en el caso de los Comuns, que es un partido que, como la izquierda ‘woke’ en general, coquetea con su extinción.
Como era previsible - algo que se viene adelantando en E-Notícies desde hace tiempo -, Colau se agarra al problema inmobiliario para organizar su retorno. Recientemente, por ejemplo, Colau ha recuperado a su exencargado de vivienda en el Ayuntamiento, Javier Burón, que presentaba estos días un libro sobre el asunto. Estas son las típicas jugadas de las fundaciones: tantear un clima ideológico desde la carcasa de la cultura (libros, conferencias, ponencias, exposiciones, etc.).

Así mismo, muchos de los últimos movimientos de Colau disparan contra Collboni, que ve cómo el problema inmobiliario le devora en Barcelona. Esto, claro, solo se puede interpretar como la intención de Colau de volver en 2027. Y es que el formato de la situación es perfecto para alguien como Colau: política municipal y vivienda, justo lo que lanzó su carrera.
Del mismo modo, Colau no se sale del guion de las resurrecciones políticas y, en la Fundación, se ha rodeado de perfiles afines. Esto no es otra cosa que una cantera de posibles acompañantes en un proyecto político para las municipales. Cuestión diferente es que, como ha ocurrido con Junts y ERC, la renovación sean las mismas caras de siempre.
¿Quiénes son los Comuns?
Sin embargo, el caso de los Comuns es muy delicado, tal vez el más delicado de toda la política catalana, superando incluso a la CUP. Con un discurso que cotiza a la baja y unas figuras sin trascendencia (David Cid o Janet Sanz, por ejemplo), los Comuns tienen muy poca pegada. Y es en este contexto en el que viejas glorias como Ada Colau, figura muy mediática, adquieren ascendencia.

Como también se explicó en E-Notícies, con su marcha, Colau hacía una estrategia circular. Es decir, empezar en el activismo (PAH) para hacer política (Ayuntamiento) y volver al activismo (Fundació Sentit Comú) para volver a la política. Esto explica otros movimientos pintorescos de la exalcaldesa, como puede ser el de embarcarse en la “Flotilla de la Libertad” y poco menos que ejercer de la ONU en Gaza.
Con el de Colau, se añade otro ejemplo más a la tesis de que esta legislatura en Cataluña es de puro reajuste de las piezas. Y lo es al calor del colapso procesista y del problema inmobiliario, que el Govern y el Ayuntamiento tienen muy difícil solucionar. El motivo no es otro que los flujos demográficos no cesan (la Cataluña de los diez millones de Sílvia Paneque). Así mismo, lo que tampoco cesarán serán los discursos grandilocuentes sobre la vivienda, empezando por el de Colau y su división sindical, liderada por Carme Arcarazo.
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