Imagen de un hombre mostrando la parte interior del bolsillo sin dinero

OPINIÓN

¿Qué hace la Generalitat con nuestro dinero?

Con la excusa de que la mayor parte del presupuesto se va a Sanidad y Educación, nos cuelan un montón de chiringuitos y partidas absurdas para colocar a sus amigos

Editorial Arnau Borràs

Cataluña está a punto de tener nuevos presupuestos para este 2024. El Govern ya se ha encargado de esparcir las bondades de las nuevas cuentas: más sanidad, más educación y el bla bla bla de siempre.

Es cierto que son Sanidad y Educación las consejerías se llevan gran parte del presupuesto. Faltaría más. El problema es que, con esta excusa, nos vuelven a colar decenas de chiringuitos y proyectos varios que rozan la absurdidad y que les sirve para seguir colocando a amigos, familiares y conocidos.

Sabemos que este año, el Govern destinará más de 100 millones a la imprescindible y súpernecesaria cartera de Exteriores. Más embajadas, foros, delegaciones y otros organismos que, la verdad, suerte que existen porque si no, el día a día de los catalanes sería un auténtico infierno.

Especial atención merece el Instituto Catalán Internacional por la Paz, que no solamente cuenta con un presupuesto de 1,4 millones de euros, sino que la mayoría de este pastizal se destina a gastos de personal. Uno ya no sabe si la intención es promover la paz o hacer bajar el paro entre los afines. Por suerte, es un dinero muy bien invertido porque, como habréis notado, apenas han estallado conflictos armados desde su creación en el año 2007.

Otro caso aparte es la Consejería de Igualdad y Feminismos. 132 millones se llevará este año, nada mal. Que los jóvenes cada vez se sientan menos identificados con el feminismo o que aumenten las agresiones sexuales en Cataluña son detalles menores. Aquí lo que importa es crear una Red de Profesionales de Equidad en el Trabajo, gastarse 10 millones en una campaña para combatir la presión estética o subvencionar estudios sobre las violencias digitales.

Podríamos ampliar la lista con el riego de 340 millones para TV3, la partida destinada al Parlament para que contraten más asesores -que se ve que hay pocos-, o con muchos más casos de despilfarro de dudosa utilidad.

En el cómputo global, estas partidas representan solo una pequeña parte de los presupuestos, esto es verdad. Faltaría más, también os digo. Pero claro, viendo las carencias que hay en muchísimos ámbitos, es normal que mucha gente se pregunte por qué debemos destinar dinero público a proyectos o iniciativas que mejorarán entre poco y nada la vida de los catalanes. Exceptuando, claro, los que vivirán de ellos.