Transeúntes inmigrantes en una céntrica calle de Barcelona andando de espaldas a la cámara

OPINIÓN

Hablemos de inmigración: ¿es necesaria?

El sistema necesita a los inmigrantes porque son una fuerza de trabajo que rinde, se dejan la piel trabajando, si no lo hacen no sobreviven

El emigrante emigra por razones económicas, los inmigrantes serían necesarios por razones económicas. Si la economía es la razón en ambos casos, en el primero, no hay duda de que es así, la pobreza produce emigrantes a espuertas. 

En el segundo, es opinable que la economía de aquí y de otros países desarrollados, necesite masivamente inmigrantes, necesidad que se vocea como un mantra, añadiendo, además, que los inmigrantes se necesitan para pagar las pensiones, como si ellos, llegado el momento, no fueran a percibir pensión alguna, como si su cotización durante la vida laboral hubiese representado una aportación neta. 

Recordemos que una opinión es un juicio subjetivo sobre algo, que deja todo el espacio ideológico libre para otras opiniones. 

Captura de un video en el que unos inmigrantes ilegales bajan de un autobus en El Vendrell (Tarragona)

El actual modelo económico de explotación de recursos humanos, de depredación y despilfarro de recursos naturales, de feroz extracción, de plusvalía, de crecimiento forzoso —si no crece, si no pedalea, se cae—, recurre a inmigrantes para engrasar el sistema, cuantos más mejor.

Suponer que el actual modelo económico continuará con idénticas pautas en todas sus vertientes, es una suposición materialmente gratuita, desprecia la existencia de los límites físicos del crecimiento, y humanamente desesperanzada, apunta a un futuro sin esperanza de superar las profundas desigualdades sociales que el modelo genera. 

De momento, al actual sistema puede que, para seguir funcionando, o sea, pedaleando, le hagan falta los inmigrantes, aunque no apura las reservas que ofrece el paro nacional acumulado —en España 2.767.860 personas en el mes de enero de 2024, ¡qué necesidades no se podrían cubrir con semejante reserva!— y tampoco tiene en cuenta los cambios tecnológicos y sociales.  

En su lógica, el sistema los necesita porque los inmigrantes son una fuerza de trabajo que rinde, se dejan la piel trabajando, si no lo hacen no sobreviven, y si no se la dejan no los quieren, hacen trabajos que otros rechazan, cobran los mínimos en todas las categorías, por las incertidumbres de su situación apenas protestan, son una ganga para quién los toma. 

Si el modelo no cambia su insostenibilidad material, tarde o temprano, lo hará implosionar, produciendo multitudes de parados en las que ingresarán los inmigrantes. Si cambia algo o mucho por innovaciones tecnológicas u organizativas producirá igualmente masas de parados con los inmigrantes al frente. Claro que eso son solo conjeturas de futuro y, como tales, indemostrables, aunque sea un futuro cercano. 

Imagen de un cayuco en aguas canarias con decenas de inmigrantes ilegales con impermeable

Mientras tanto, ¡“Migrants Welcome!, los que lo entonan por buenismo, ignorancia o interés —hay mucho interés de por medio— se desentienden del modelo, como si sus contradicciones no existieran —ayudan, pues, a reproducirlo— y, así mismo, de las consecuencias de la inmigración en los países de llegada: guetización de los inmigrantes, incidencia en salarios, precios, servicios, cultura, y en los países de origen, que se descapitalizan de recursos humanos, perpetuando sus males endémicos: demografía incontenida e insostenible, sumisión de la mujer, corrupción e incompetencia de los gobernantes, expoliación de los recursos por multinacionales occidentales, y ahora también chinas.  La pobreza hay que combatirla donde se origina, no trasladarla a las sociedades de arribada de los inmigrantes. 

El puzle de las piezas que hay que encajar en la cuestión de la emigración-inmigración, en origen y en destino, es complicadísimo. Solo se podrán encajar, y no todas —el cambio climático provocará oleadas de emigrantes— desde el nivel internacional en el marco de la Organización de las Naciones Unidas, no existe otro foro de 193 Estados para una negociación que tiene que ser de alcance mundial.  

Parece una exageración insinuar que la llegada del negro africano pobre a bordo de una patera lista para el desguace podría remediarse para él, que tiene que emigrar y para la sociedad que no lo necesita, mediante una aún improbable conferencia internacional de resultado incierto bajo los auspicios de la ONU, que no cuenta con suficientes apoyos para convocarla, pero quien sepa de otra posibilidad que la apunte. 

Mientras tanto, el modelo “Mauritania”, inversiones de España y de la Unión Europea en el país para el control de las salidas y el fomento (insuficiente) de un cierto desarrollo, es un parche de efectividad dudosa, pero no conozco otro. La ultraderecha solo ofrece la expulsión, eso no es una solución, ni un parche, es un fracaso total.