Montaje de Núria Gibert y Adriana Llana de la CUP
POLÍTICA

El vídeo que demuestra lo perdida que va la CUP en su proceso de refundación

La CUP continúa en su fase autorreferencial y se pregunta quién es: mientras tanto, el partido está desaparecido del mapa político catalán


El partido está en una fase existencialista. Después de perder el impacto político que tuvo durante los años duros del procés, la formación ha entrado en una fase de declive que les ha llevado a refundarse. Mientras ellos se preguntan quién son y qué tienen que hacer, la política catalana toma rumbos completamente distintos.

La CUP y sus dudas existenciales

Como hemos explicado durante las últimas semanas, la CUP está en un proceso de refundación llamado “Proceso Garbí”. El objetivo es simple: sobrevivir. Desde su momento álgido en la época del procés, de Artur Mas y de David Fernàndez, la CUP ha pasado a ser un partido anecdótico.

Los acontecimientos han evolucionado de tal manera que, los temas estrella de la formación anticapitalista, no interpelan al votante catalán. Ahora mismo, nadie tiene del todo claro para qué sirve la CUP ni qué utilidad puede tener en un momento en el que Cataluña piensa en todo menos en la independencia. Por lo demás, están un proceso de refundación que, al tratarse de un partido, consiste en un sector intento devorar al otro sector y viceversa.

En el caso de la CUP, un sector revolucionario y otro más independentista. Mientras tanto - y en vista de que al ciudadano ni mucho menos le importan los problemas internos de la CUP -  hacen ruido con lo que pueden. A veces piden un supermercado público, otras veces piden abolir el capitalismo para que haya salud mental y cosas así.

Y ahora, han empezado lo que llaman “Conversaciones del Proceso Garbí”, que consisten en militantes especulando sobre el futuro del partido.

Más allá de frases más o menos inteligibles como que “la representación la ponemos como una cuestión subalterna al músculo de masa que tenemos”, el vídeo muestra por donde quiere ir la CUP. Hablan de formar parte del día a día político y de tener alcance social. O sea, de ser un partido. Porque, lo que buscan los partidos, es votos en función de los temas que van saliendo.

Las respuestas en redes han sido las habituales cuando se trata de mensajes de la CUP hablando de sí misma. “Tenéis un cacao mental...”, decía alguno. “Hipocresía en estado puro, estáis dejando una CUP bonita, bonita”. Los próximos meses mostrarán si este Proceso Garbí le ha servido para algo a la CUP.

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