Imagen de miembros de la CUP con caras largas valorando los resultados de la noche electoral
POLÍTICA

La CUP sigue con su quiero y no puedo: 'El motor del próximo embate contra el Estado'

El llamado “Proceso Garbí” redefine los objetivos de la CUP para intentar resucitar un partido en muerte clínica

La CUP tiene esperanzas. Muchas de hecho: hablan de ser el “motor del próximo embate contra el Estado”. Y lo hacen después de encadenar dos fracasos electorales y tener un proceso de refundación en marcha.

De no tener diputados a plantarle cara al Estado

A menos que las próximas autonómicas traigan alguna novedad, el procés se desmantela. Tal vez la única sorpresa pueda venir por el giro de Junts con la cuestión migratoria. Por lo demás, el CIS habla y se repite: ERC se hunde y Junts pierde la llave de la investidura.

Aunque barnizado con la cuestión nacional, el pragmatismo de Junts y ERC no convence. Dentro de un año podremos hablar con propiedad, pero parece que el procés saldrá de las instituciones. Los más perjudicados son los que, precisamente por ser los más perjudicados, hasta pasan desapercibidos: la CUP.

Si ERC y Junts no se perciben como útiles, la CUP ni se percibe: el votante catalán no le ve recorrido a la formación anticapitalista. Y a todos los niveles: las municipales y las generales certificaron su irrelevancia. Estas situaciones llevan a los partidos al equivalente de un retiro espiritual: un proceso de refundación.

El Proceso Garbí

Independencia, feminismo, socialismo y ecologismo: a partir de aquí, la CUP quiere volver de entre los muertos. Como es habitual, el debate de ideas es una lucha interna por el poder. En el caso de la CUP, hay dos sectores: Poble Lliure y Endavant.

Estos sectores representan, en efecto, una refundación: la CUP debate si dejar atrás la idea de que mejor no gobernar. El coqueteo con la irrelevancia da ahora alas al sector más pragmático. “Voluntad de gobernar”, “vocación de mayoría”, “más militancia”, o sea, poder.

Y por sus últimas declaraciones, parece que se lo creen. La formación abre la segunda fase de este proceso de refundación y hablan de ser el “motor” del conflicto con el Estado. Las elecciones autonómicas concretarán este cambio de rumbo.

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