Vicent Partal, el director de VilaWeb, está de pie con los brazos cruzados en una sala con asientos rojos y un candelabro grande.
POLÍTICA

Vicent Partal dice que a Salvador Illa solo lo ha votado el 16% y sale mal parado

Según Partal, es ‘evidente’ que el independentismo todavía cuenta con una clara ‘mayoría social’ en Cataluña

El director de VilaWeb, Vicent Partal, se la tiene jurada al PSC y a Salvador Illa. Hace unas semanas, cuando la presidencia de Illa era inminente, Partal puso en marcha la idea del "presidente nº155". Y ahora, Partal culpa al sistema electoral catalán de que Illa sea presidente.

Reformas con casi 40 años de retraso

Con el títuloUn presidente votado tan solo por el 16% los ciudadanos y la necesaria reforma del sistema electoral, Partal se olvida de la década procesista y culpa al árbitro. El problema, dice, es la representatividad, la poca libertad de los diputados y el sistema electoral. Sobre esto último hay que destacar algo fundamental.

Y es que durante muchos años ningún Govern de la Generalitat ha reformado el sistema electoral. Hasta el punto de que Cataluña es la única comunidad autónoma que no tiene sistema electoral propio. Por el contrario, desde 1985 se rige por la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG).

Salvador Illa hablando en el podio del Parlament de Catalunya frente a los otros diputados

Pero a Partal le entran las ganas de reforma cuando el reparto no favorece al procesismo. Denuncia, por ejemplo, que el PSC tan solo ha obtenido el 16% de los votos de todos los electores, “o el 27% si hacemos los cálculos sobre quién fue a votar”, matiza. La pregunta entonces es qué votos habría que tener en cuenta ¿Los que no fueron a votar?

El mundo al revés

Lo que es verdaderamente relevante es que el director de VilaWeb invierte los términos de la realidad sociopolítica de Cataluña. Porque si Salvador Illa consiguió esas cifras electorales fue precisamente por la abstención de los votantes nacionalistas. Algo que, a su vez, es consecuencia del desengaño y desilusión que han vivido muchos de esos votantes, que encontraron en la abstención deliberada una forma de protesta.

Así mismo, Partal tampoco tiene ninguna palabra para la evidencia de que al presidente no lo eligen los votos, sino el Parlament. En el caso de Illa, una mayoría parlamentaria que dependió del propio procesismo de ERC, tanto de su directiva como de sus bases.

Pero no solo eso: a pesar de que se ha perdido la mayoría indepe, Partal dice que es “evidente” que “el independentismo tiene en el conjunto del país una sólida mayoría social”. Siguiéndole el juego a Puigdemont, Partal considera que un ejemplo de esa “mayoría social” son las pitadas que recibe Salvador Illa.

Finalmente, el director de VilaWeb también pide que los diputados tengan más libertad de elección a través de una lista de diputados elegidos por mayoría directa. Esto, concluye Partal, “forzaría al Parlament a responder a la realidad de la calle”. Es decir, lo que le gustaría haber visto en la investidura de Illa: que algunos diputados de ERC votaran en contra.

Salvador Illa en un podio con el logo de la Generalitat de Catalunya y una bandera catalana de fondo.

El problema del sistema electoral catalán

Pero más allá de que las reivindicaciones de Partal sean circunstanciales, lo que es cierto es que Cataluña tiene una deuda pendiente con el sistema electoral y parlamentario. Entre otros problemas, y como se explicó en E-Notícies, porque la partitocracia encuentra toda clase de maniobras para protegerse.

Pero a nivel electoral, el problema fundamental es que los votos no son ni muchos menos proporcionales. La provincia de Barcelona, en efecto, escoge más diputados, pero al precio de que los escaños sean mucho más baratos. Aproximadamente, el voto de un habitante de Barcelona vale la mitad que el voto de un habitante de Lérida.

Esto lleva a que los partidos con mayor presencia en zonas rurales o menos pobladas estén sobrerrepresentados. El efecto más perverso de este reparto es que la lista más votada puede no ser la misma que obtenga más escaños. Esto le ocurrió al PSC en las elecciones de 1999 y 2003, cuando tuvo más votos que CiU y menos escaños.

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