Plano medio corto de Pedro Sánchez sentado en su escaño en el Congreso de los Diputados y mirando hacia arriba
POLÍTICA

Sánchez se agarra al salvavidas de Puigdemont para sacar adelante la reforma fiscal

El brazo derecho y brazo el izquierdo de ‘Frankenstein’ no se ponen de acuerdo con los nuevos impuestos

Aunque no se haya hablado mucho de ello, el Gobierno de Sánchez tenía que resolver la cuestión de la reforma fiscal que le prometió a Europa. Sin esta reforma, España no tenía acceso a los 7.500 millones que corresponden al quinto pago de los fondos europeos. El problema, como siempre, era la fragmentación parlamentaria y la disparidad de criterios entre los miembros de ‘Frankenstein’.

Entre otros obstáculos, el PSOE no encontraba los apoyos de las derechas nacionalistas (Junts y PNV) para hacer permanentes los impuestos a la banca y a las energéticas. Como explicábamos en E-Notícies hace unos pocos días, Junts se negaba a aprobar el “impuestazo” del PSOE a las empresas energéticas. Según explicó la diputada Nogueras, ellos no pondrían en riesgo “bajo ningún concepto” las inversiones en Tarragona.

Carles Puigdemont con gafas y traje oscuro mirando hacia la derecha con un cielo azul y nubes de fondo.

Al final, los juntaires cumplieron su amenaza y tumbaron el impuesto a las energéticas, pero han mantenido el impuesto (temporal) a la banca.

Después de este primer golpe al Gobierno, Junts ha accedido a otra versión de la reforma fiscal, que contempla subidas de otros tributos. Se trata, en fin, de la clásica estrategia de Junts: tumbarlo casi todo en primera instancia y, después, abrirse a una segunda propuesta. El problema que esto representa para el Gobierno es que sus socios de izquierdas también tienen voz (y voto).

Plano medio de Pedro Sánchez saliendo del congreso con expresión seria

La propuesta del brazo derecho de ‘Frankenstein’

En esta ocasión, la reforma fiscal pactada con Junts y PNV incluye una batería de subidas de varios tributos. Entre ellos, los más destacados son diésel, IRPF, tabaco, cigarrillos electrónicos y el IVA a los pisos turísticos. Aunque no todo son subidas. Junts también ha planteado una reducción fiscal a las pymes mediante un recorte progresivo del impuesto de sociedades.

Pero más allá de impuestos como el de la banca, el tabaco o las rentas del capital, al ciudadano de a pie le afectará especialmente el fin de la bonificación al diesel. Este era uno de los ases en la manga que el Ministerio de Hacienda guardaba en su libro blanco de la reforma fiscal. Y a partir del 1 de abril del año 2025, se eliminará la bonificación que tiene el diésel frente a la gasolina. 

Sin duda, esta será la subida impositiva más polémica e impopular. La razón de fondo para gravar el diésel es que la Unión Europea tiene a este carburante en el punto de mira por su elevado nivel de contaminación. La idea, en definitiva, consiste en reducir la demanda a través de un aumento artificial del precio.

También con un ojo puesto en el debate social, la reforma fiscal contempla la imposición del IVA a los pisos turísticos. Mucho más popular, esta medida también le servirá al Gobierno (y a Junts, muy criticado en este aspecto) para decir que tienen presente el problema inmobiliario. La estrategia es la misma que con el diésel: subir el precio para desincentivar la demanda.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 21 de febrero de 2024, en Madrid

¿Pero qué dice el brazo izquierdo de ‘Frankenstein’?

Todo este rosario de enmiendas a la reforma fiscal no tiene todavía el beneplácito de la mitad izquierda de ‘Frankenstein’. De hecho, Sumar, ERC, Bildu y Podemos ya han dicho que no están de acuerdo. No aceptan que se haya eliminado el impuesto a las energéticas y que el impuesto a la banca sea al final temporal.

ERC y Bildu, por ejemplo, dicen de manera conjunta que ellos “nunca estarán al servicio de quienes pretenden acabar con una medida de sentido común como son los impuestos a la banca y a las energéticas, los cuales la sociedad vasca y catalana comparten en su mayoría y que, por tanto, no entenderían su retirada”.

Por su parte, Sumar se expresa en unos términos muy similares y hacen referencia a sus acuerdos de gobierno con el PSOE. Así mismo, Podemos, en pleno momento maximalista, no aprobará ninguna reforma fiscal que les pueda dejar en evidencia. Además, disponen del argumento de que este año la banca ha vuelto a tener beneficios extraordinarios.

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