Montaje de Pedro Sánchez y Feijóo en Moncloa
POLÍTICA

El plan de Feijóo para sacar a Pedro Sánchez de la Moncloa a largo plazo

Los populares plantearán una oposición a Sánchez desde tres frentes: corrupción, amnistía y poder territorial

Aunque ahora queden un poco lejos, el PP todavía está calibrando los resultados de las últimas elecciones generales. Recordemos que, antes de ellas, hubo las elecciones autonómicas de mayo, que fueron un verdadero éxito para los populares. De hecho, Sánchez vio clara la jugada y tiró de audacia: adelantar las generales.

El PP estaba convencido de que su victoria iba a ser aplastante, una mera extensión de las autonómicas. Algunos especialistas en demoscopia llegaron a dar al PP un resultado cercano a la mayoría absoluta. Hasta Feijóo, hombre prudente y alérgico a los aspavientos ideológicos, se permitió no acudir a algunos debates. El resultado es de sobra conocido.

Esta desagradable sorpresa obligó a Feijóo a reajustar todos los parámetros de su estrategia. Empezando por Vox, con quien decidió hacer un pulso discreto y constante. Por el momento, la estrategia parece funcionar porque los sondeos que van saliendo sonríen al PP y penalizan a Vox. El último sondeo que se publicó apuntaba a que 3 de cada diez votantes de Vox se pasaban al PP.

Montaje con un plano medio corto de Santiago Abascal con cara seria y otro de Alberto Nuñez Feijóo sonriendo

Sánchez solo estará derrotado cuando esté fuera

Una vez resueltos los problemas por la derecha, al PP solo le queda mirar de frente, o sea, a Sánchez. Y, por lo que parece, han aprendido la lección y no darán nunca por muerto a Sánchez hasta que no lo vean fuera de la Moncloa. En el PP dan por descontado que Sánchez acabará la legislatura y que eso les obliga a una estrategia de desgaste larga y constante. Es algo parecido a lo que los americanos llamaban en la época de la URSS la “Doctrina de la Contención”.

Para empezar, en el PP tienen asumido que el ejército de aliados de Sánchez no va a dejar caer al PSOE porque, para ellos, es Sánchez o es nada. Al fin y al cabo, es la política de bloques: si ganas lo tienes todo y si pierdes no tienes nada, o sea, máximo riesgo. Además, los populares también dan por perdidos a aliados naturales como el PNV o Junts.

De hecho, el PP descarta incluso una moción de censura por mucho que circulara la conspiración de que Puigdemont estaba abierto a una moción de censura junto al PP. Pero no. Feijóo ha planteado una estrategia a la medida de su carácter: moderada, constante y cerrando los oídos a conspiraciones y filigranas.

Alberto Núñez Feijóo en un acto de campaña del PP

Corrupción, amnistía y poder territorial. Estos son los tres ejes de la estrategia de Feijóo, que básicamente es una estrategia electoral de desgaste. El objetivo es que el PSOE se desangre por el ejercicio mismo del poder mientras el PP, desde su enorme implantación territorial, coge fuerza. Por todo lo demás, partido a partido. Las gallegas fueron un balón de oxígeno para el PP y ahora quedan por delante las vascas y las europeas.

Tres frentes contra el PSOE

Por el lado de la corrupción, poco hay que explicar. El caso Koldo se extiende como una mancha de tinta y desde el PP solo tienen que sentarse a mirar. Aunque Sánchez todavía dispone de tres años para que se olvide el caso. Pero, por el momento, lo más seguro es que la corrupción penalice al PSOE en las europeas, que son la cita electoral más importante que hay por delante.

Por el lado de la amnistía, el PP ya tiene una hoja de ruta marcada, que es torpedear la ley en Europa para, entre otras cosas, mantener vivo el recuerdo de la ley. Aunque la imagen de Puigdemont volviendo a Cataluña y presentándose a las autonómicas es más que suficiente. Sobre este punto, las autonómicas de Cataluña del próximo mes de febrero de 2025 serán una cita decisiva.

Montaje de todos los jefes de partido en Cataluña

Y, finalmente, algo que pasa desapercibido: el enorme poder territorial del PP. Los populares controlan la absoluta mayoría de comunidades autónomas, algo que en un país como España representa una cuota de poder muy elevada. De hecho, el pasado sábado, Feijóo reunió a todos sus barones territoriales en una jornada en Córdoba para sincronizar los relojes y dejar clara la estrategia a seguir. Se hizo incluso hasta un plan de acción: La Declaración de Córdoba. Esta situación muestra que Feijóo ha pasado la prueba de Galicia y tiene el partido bien engrasado.

El objetivo de este plan político es compartir las medidas que han funcionado en territorios gobernados por el PP. Son medidas como planes de juventud para acceder a la vivienda, hacer gratuita la educación infantil, estandarizar la selectividad o un plan hidrológico común. La intención es dar una imagen unitaria del país a través del PP, así como la sensación de una capacidad efectiva para gobernar.

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