Junts muestra sus cartas: la vuelta de Puigdemont y la estrategia de los 2 Presidents

Junts per Catalunya ha estado durante semanas en el foco de las críticas por su alianza con el PSOE y una ley de amnistía que muchos ven como una rendición. Junys ya contemplaba en su plan un período de críticas, que acabaría con la aprobación de la ley. Ahora ponen en marcha la segunda parte del plan, consistente en vender la amnistía y el regreso de Carles Puigdemont como el primer paso hacia el referéndum de autodeterminación.

Tras la aprobación de la amnistía, Junts per Catalunya ha insistido en una misma idea. “No volverá Carles Puigdemont, volverá un presidente de la Generalitat en el exilio”, afirmó el portavoz del partido, Josep Rius. “El regreso del president Carles Puigdemont tiene que ser un acto de relanzamiento del proceso independentista”, insistió el secretario general de Junts, Jordi Turull.

JxCat muestra así sus cartas en plena reconfiguración del independentismo con las inminentes elecciones catalanas en el horizonte. Su estrategia pasa por presentar a Junts como representante de la legitimidad del 1-O quebrada por la represión. De ahí que presenten a Carles Puigdemont no como expresident sino como President en el exilio, con la misma legitimidad que el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Carles Puigdemont, el presidente legítimo

Junts tiene claro que el objetivo principal de las próximas elecciones catalanas, en febrero de 2025 a mucho tardar, es arrebatar a ERC la hegemonía del independentismo. Por eso plantearán un pulso entre el President oficial, Pere Aragonès, y el President legítimo, Carles Puigdemont. Una legitimidad que entienden que proviene del mandato del 1-O, al que Junts permanece fiel mientras que ERC lo abandonó hace tiempo.

De las palabras de Turull se desprende que Junts prepara la vuelta de Puigdemont con un acto cargad de épica y significado. Quieren presentarlo como una Operación Tarradellas 2. Como Josep Tarradellas, Carles Puigdemont será presentado como el President de la Generalitat en el exilio que vuelve después de una etapa de represión.

Esta vez, el presidente legítimo que vuelve del exilio lo hace con la promesa de un nuevo referéndum de autodeterminación. Aquí es donde el relato hace aguas, porque para importantes sectores del independentismo el referéndum ya se votó el 1 de octubre de 2017 y el deber de los partidos es aplicarlo. Con la promesa de una nueva consulta, Junts asume el abandono de la vía unilateral para explorar el referendum pactado con el Estado.

Se abre una guerra en el independentismo

Junts y Puigdemont podían defender su estrategia en un escenario de pugna en solitario con ERC. Pero el actual panorama de división y surgimiento de nuevas propuestas en el seno del independentismo, la cosa se complica. Su relato puede funcionar en la competencia directa con Pere Aragonès, pero será fácilmente rebatible por los representantes de la vía unilateral como Clara Ponsatí y Sílvia Orriols.

Junts se enfrenta a otro hándicap, y es la pérdida de prestigio del propio Puigdemont. El expresidente ya no tiene el aura que tuvo en su momento y ni un regreso en plan mesiánico parece que le vaya a devolver la credibilidad perdida. El problema para su partido es que no hay un plan B, un líder carismático que pueda calentar en la banda para salir en campaña electoral y recuperar la ilusión en el proyecto.

A quien sí puede generar incomodidad el regreso de Puigdemont es a ERC, que se ve entre la necesidad de reconocer una sola legalidad y la obligación de “celebrar” el regreso del represaliado Puigdemont. Aragonès mismo encontró recientemente una solución, consistente en apoyar a Puigdemont sin referirse a él como Molt Honorable President. ERC deja claro así que solo hay un President, mientras mira con temor al regreso del expresident, esperando que tenga un efecto limitado.