Montaje de fotos de Pedro Sánchez, con rostro triste, levantando la mano diciendo adiós con el logo del PSOE de fondo
POLÍTICA

La izquierda de España que también se indigna contra la amnistía y el poder procesista

La izquierda se moviliza dentro y fuera del PSOE contra la deriva de Sánchez: mientras, él sigue en Moncloa

La amnistía y las alianzas con fuerzas nacionalistas han generado una división interna en la izquierda. El altavoz de esta guerra de consumo interno no podía ser otro que Felipe González. A la izquierda, en fin, le saltan las costuras: otra cosa es que a Sánchez le importe.

La España de Pablo Iglesias

Al fin y al cabo, Pedro Sánchez le hizo caso a Pablo Iglesias: abrir la izquierda a la plurinacionalidad y levantar un muro contra todo lo que quedase fuera. La idea era simple, efectiva y hasta la fecha verdadera: disponer las piezas de tal manera que la derecha no pueda gobernar. La alianza electoral con los nacionalismos y la correspondiente inestabilidad son consecuencias naturales de esta estrategia.

Como ya se ha dicho, que el PSOE pacte con Puigdemont y Puigdemont con el PSOE es circunstancial. Responde a una correlación de intereses y de debilidades: en cierta manera, Sánchez y Puigdemont son ya rehenes de sí mismos. Y no hay marcha atrás: a uno le costará cada vez más decirse de izquierdas y al otro independentista.

Primer plano de Pablo Iglesias mirando al horizonte con cara seria

Y si Sánchez ha acabado de presidente y no Iglesias se debe a que el primero tenía y tiene una infraestructura política incomparable: el PSOE. Al margen de lo inverosímil del personaje. Fue expulsado de su partido, lo volvió a conquistar con el aparato en contra, llegó a presidente con una moción de censura y entre una cosa y otra solo ha ganado unas elecciones.

El PSOE de la Transición y la transición del PSOE

Pedro Sánchez ha llevado al límite el llamado “Régimen del 78” y eso ha provocado la indignación de los que lo diseñaron. También de los que lo reivindican en diferido o como mucho actualizado. Felipe González es la figura natural para darle voz a este movimiento, cosa que hizo en una conferencia el pasado lunes. Pero llueve sobre mojado: hace tiempo que el PSOE está dividido y esta no es la primera vez que el expresidente González se pronuncia en contra.

Primer plano de Felipe González hablando y haciendo el gesto de 'pequeño' con los dedos índice y pulgar

Las reivindicaciones fueron las propias del caso: la Constitución, el respeto al poder judicial y una fuerte crítica al mercadeo con los nacionalistas. Sin salir de la izquierda, han surgido nuevos partidos que a efectos prácticos quieren ser el PSOE de la Transición.

Izquierda Española es el caso más evidente: es el PSOE con una dosis de Francia. Es decir, centralismo, igualdad y oposición frontal a cualquier nacionalismo periférico. Por otro lado, el Frente Obrero también se sitúa en contra de Sánchez y pide, aunque con mayor intensidad, una simbiosis de izquierda y patriotismo. Todo está dispuesto para un futuro político incierto.

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