La otra cara de la crisis de natalidad: el coste de tener hijos en Cataluña
La inflación acumulada y las dinámicas culturales corroen los cimientos demográficos de Cataluña
El pasado julio, el IDESCAT publicó la estadística de nacimiento en Cataluña durante 2023. Otra vez, el índice de fecundidad volvió a descender y llegó a mínimos históricos. Hay que remontarse hasta el año 1995 para encontrar un Índice Coyuntural de Fecundidad (ICF) tan bajo.
Este fenómeno de la crisis de natalidad no es privativo de Cataluña, sino que lo advertimos en gran parte de Occidente. El problema, pues, es complejo y tiene derivadas culturales y económicas. Una de las más destacadas es que cada vez es más caro tener hijos, lo cual es otra expresión de la progresiva pérdida de poder adquisitivo en la que nos hemos instalado.
Según un informe de Save the Children que se hizo bastante viral esta semana, Cataluña es el territorio más caro de España para criar a un hijo. Mientras que la media española está en 758 euros, aquí se eleva hasta los 938. Pero es que si se analizan los datos mediante tendencias, el incremento es muy destacado.
Solo en un año (2022-2023), el coste de tener hijos en Cataluña aumentó un 15%. Y si ampliamos un poco más la mirada y nos vamos hasta el 2018, este aumento es de un 45%. Como decimos, todo esto no es más que una de las muchas concreciones de la inflación en la que vivimos, que es el silencioso motor de los cambios políticos y sociales que vivimos en Europa.
La inflación: el monstruo de mil cabezas
Desde el 2022, coincidiendo con el repunte inflacionario de la guerra de Ucrania, el coste de la alimentación ha subido un 25%. Aunque, cómo no, el gran agujero negro de las finanzas de las clases populares es la vivienda. Y es que, desde 2018, asistimos a un espectacular aumento del 145% del precio de la vivienda.
Por motivos obvios, son los jóvenes los que están llamados a tener hijos. Pero el problema está en que, en esta época, los jóvenes también están llamados a la precariedad. Como ya se ha explicado en E-Notícies, los jóvenes se enfrentan a un siniestro triángulo de las Bermudas, formado por inflación, demografía y vivienda.
Y de la misma manera que la tenencia de patrimonio inmobiliario en la familia es hoy en día un disparador de riqueza, la falta de patrimonio inmobiliario es un disparador de la pobreza. Si a esto le añaden las actuales dinámicas culturales, el huracán de natalidad está servido. Hasta el punto de que España en su conjunto tiene hoy una natalidad equivalente a la de la posguerra del año 1941.
Más noticias: