Una mujer habla en un podio durante una asamblea de Catalunya En Comú con varias personas sentadas detrás de ella y una audiencia al frente.
POLÍTICA

Los Comuns también celebran la victoria de Junqueras y la falta de renovación en ERC

Si algo no necesitaban los Comuns era una ERC con espíritu unilateralista y que desestabilizara al PSC

La elección de Junqueras cierra definitivamente el paréntesis que se abrió con el 12M. Más en particular, apuntala a un tripartito que, más allá del ruido, a nadie le interesa romper. El PSC sabe que la calculadora no le da más opciones, los Comuns que cotizan muy a la baja y ERC que tiene un largo trabajo de poner orden interno. A todos los involucrados les interesa de alguna manera instalarse en una legislatura larga.

Y la pieza más beneficiada por tener un tripartito estable es la pieza más débil, es decir, los Comuns. Porque la simple posibilidad de repetir elecciones deja a los Comuns en una situación de riesgo existencial. No es solo el colapso del ‘wokismo’ en Cataluña, sino también la debacle de Sumar, la irrupción de Podemos y el abrazo del oso del PSC.

Dos personas sostienen documentos de los partidos

Por esta razón, los Comuns tienen en marcha un relato que pone en el centro a las “izquierdas soberanista y catalanistas”. Se trata de una manera de desdibujar la fracasada marca de los Comuns en beneficio de una etiqueta más general. Es de esperar, pues, el refuerzo de un catalanismo interesado entre los Comuns durante esta legislatura.

“Nos hemos puesto en contacto con Oriol Junqueras y Elisenda Alamany para convocar una reunión de las nuevas direcciones. El diálogo entre las fuerzas de izquierdas, soberanistas y catalanistas tiene que ser constante y fructífero para hacer avanzar el país”, dijo ayer Candela López, coordinadora del partido:

Lo que une a Comuns y a ERC en estos momentos es el interés mutuo de sostener al PSC sin que lo parezca. Esto cogerá forma con algunos asuntos de menor recorrido (el Hard Rock, el 112, los cruceros...) y con otros de mayor importancia. En este sentido, la vivienda será el gran tablero en el que la izquierda soberanista intentará resurgir.

Un grupo de personas de pie detrás de un podio amarillo con el logo de Esquerra Republicana.

La prueba de fuego: presupuestos

Y toda esta situación se traslada al Ayuntamiento de Barcelona, que es el gran laboratorio político de Cataluña. Con Alamany como número dos de Junqueras, también se cierra la posibilidad de romper el tripartito en el Ayuntamiento. Como mucho, habrá un clásico tira y afloja en el que el PSC cederá en asuntos que darán oxígeno ideológico a Comuns y ERC.

Ahora, por ejemplo, los Comuns explotan especialmente la turismofobia en la negociación presupuestaria con Collboni. Desde los Comuns piden gravar fiscalmente más al sector turístico o reducir las terminales de cruceros en el puerto de Barcelona:

En definitiva, que los Comuns respiran aliviados porque si una cosa no necesitaban era un renacimiento unilateralista dentro de ERC. Por el contrario, a corto plazo son los más beneficiados por la inconcreta retórica junquerista. Como se explicó en E-Notícies, que Salvador Illa tenga presupuestos en la Generalitat es solo una cuestión de tiempo.

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