'Junts y ERC han convertido Cataluña en la región más islamizada de España'

El traspaso de la inmigración a Cataluña ha calado hondo en el juego político. Junts lo pone por las nubes sin saber cómo se concretará y la izquierda habla de racismo. Vox también se ha pronunciado para criticar a los que han pasado de promover la inmigración a querer deportar.

Del “Queremos acoger” al “Queremos deportar”

Como se ha dicho, Junts ha cambiado de postura con la inmigración para bailar el compás electoral de Cataluña. Seguridad e inmigración son los temas capitales de la agenda catalana y Junts ha tomado nota. Ahora bien, lo ha hecho ahora y aprovechando la resaca de la investidura.

Hasta hace poco, los ‘juntaires’ pedían el cierre de los CIE y ahora exigen el control migratorio. Sánchez ha salido de inmediato a rebajar el asunto, pero a Junts tanto le da: el objetivo es electoral, o sea, comunicativo. Por su parte, el expresidente Puigdemont guarda un significativo silencio para llegar todo lo inmaculado posible a las autonómicas.

Los que, de rebote, también han tenido que reaccionar son los que ya hablaban del asunto migratorio. En Cataluña, Aliança Catalana como única fuerza independentista y VOX, primer partido en abrir el melón. Ignacio Garriga se pronunció hace poco en la misma línea en la que lo hizo ayer:

Capitalizar electoralmente la inmigración

Ayer mismo recordó que el cambio de chaqueta de Junts es una maniobra electoral. Garriga señala que Junts quiere deportar a los que ellos mismos metieron en Cataluña.

“El separatismo no es creíble”, ha dicho en referencia al nuevo perfil de Puigdemont. “Han convertido a Cataluña en la región más islamizada”. Porque según los datos la nacionalidad mayoritaria de inmigrantes en Cataluña es la marroquí.

En este sentido, por ejemplo, los datos muestran un temor cada vez mayor en España por el yihadismo. El pasado 2033 fue el año con más detenciones desde 2005. La inestabilidad en Oriente Medio ha disparado las detenciones y el control de los servicios de inteligencia.

Garriga, en definitiva, denuncia que Junts no tiene un interés real por el tema. Han votado sistemáticamente en contra, dice, de las propuestas de Vox para castigar la reincidencia delictiva. Sea como fuere, las próximas autonómicas catalanas mostrarán si el movimiento de Junts tiene o no resultados.